El periodista y director de Buen Día, Rándall Salazar, lleva 17 años siendo parte de Teletica y aunque ha realizado cientos de entrevistas en este tiempo, nunca antes se había conmovido tanto y menos llorado de la manera en que lo hizo cuando habló este viernes con el atleta Junior Oporta.
La historia de lucha, sufrimiento y ganas de salir adelante del oriundo de Sardinal de Piedades Sur de San Ramón, le tocó el corazón al comunicador y, a pesar de no ser la primera vez que conversaban, lograron profundizar a tal punto que en un momento Salazar solo se dedicó a tragar grueso y a escuchar lo que decía Junior sobre la fe que hay que tener para salir adelante en los momentos rudos.
Cabe recordar que al corredor lo recogió su mamá adoptiva en un cañal, en Nicaragua, donde lo habían dejado botado siendo apenas un bebito. Si bien en su infancia fue llena de pobreza y situaciones complicadas, hoy motiva a la gente a salir adelante dando el ejemplo con su esfuerzo y forma de ser.
Rándall nos contó un poco lo que vivió con el atleta.
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- Cuéntenos un poco lo que pasó en la entrevista...
Yo a Junior lo había entrevistado en otras ocasiones, pero tiene una capacidad tan grande de transmitir emociones con su sencillez, su naturalidad, su lenguaje y su transparencia, eso fue lo que me llegó. Las otras veces que hablamos no fue tan relajado y con tanto tiempo. Quedamos en hablar de cómo mantener la fe que en estos tiempos es tan difícil y que si se pierde no está mal, es de humanos, pero hay que fortalecer la fe aunque esté decaída.
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- ¿Cuando empezó a sentirse conmovido?
Cuando planeamos la entrevista yo le dije que iba a tener unas preguntas, pero que el que tenía el control del tema era él y que quería que diera el mensaje tranquilo, siguiendo lo que el corazón le dijera y por eso creo que la entrevista fue un momento mágico de la tele, que no siempre pasa. Había que dejar que las cosas fluyeran.
Me aparte del guion y no me acuerdo si pregunté lo que quería, pero sí soy honesto de que lo que pasó fue sincero, real y me conmoví mucho porque contó cosas que me parecieron muy fuertes.
- ¿Qué le sorprende de él?
Me impresiona ver que un ser humano, que haya pasado por las cosas tan duras que él pasó, tenga ese positivismo y amor a los demás aunque le hayan hecho daño. Los mortales somos así, si nos hieren queremos ver cómo herir, y él demostró que el mal se devuelve con bien.
- ¿Qué más le llegó?
Que hay que agradecer todo lo que nos pasa, lo bueno o lo malo, que eso se nos olvida. Las pruebas duras también dejan algo y eso me llegó y por eso estuve así. Siempre he pensado que uno en tele tiene que ser como es y no un personaje y Buen día me permite eso.
- Me llama la atención que no es la primera vez que lo entrevista, ¿qué cree que tuvo esta de especial?
Yo creo que él tiene mucho poder, su historia y la forma en que narra lo que ha vivido. Sigue siendo alegre y positivo y con un mensaje de amor por la vida. Pero también creo que este momento que vivimos nos sensibiliza a todos, es como una montaña rusa de emociones porque pasamos del miedo a la desesperanza, luego a la fe y al orgullo, entonces creo que todo se va mezclando.
- ¿Es la entrevista que más ha tocado su corazón?
Sí, porque me movió mucho. Es curioso porque llegó un momento en el que me salí y pasé a ser televidente, me metí tanto que no me di cuenta del tiempo. Hace poco hicimos una entrevista sobre el duelo y hablé de mi papá y también me pegué mi buena lloradita, pero no como esta que me tocó las fibras más sensibles.
- ¿Cómo se pudo mantener?
Creo que la experiencia que tengo me ayudó, en un momento respiré hondo porque ya llevaba rato jalando mocos y le di las gracias por lo que había compartido.
- ¿Hablaron después de la entrevista?
Sí, él en su forma tan sencilla me preguntó que si estuvo bien. Ya después quedamos en hacer otra entrevista y creo que lo siguiente es hablar con él y con la mamá, porque sé que ella ha tenido gran influencia en él y en esa forma de ser. Queremos tocar un tema duro porque, si bien la señora lo ayudó, su papá lo agredió y está en la cárcel y a pesar de eso, Junior va y lo abraza y ve las cosas positivas que tiene, ese es un gran mensaje y lección que nos deja a todos.