El periodista Gerardo Zamora, su esposa Ginnés Rodríguez y sus pequeños Marcelo y Luciana, así como gran parte de su familia, se vestirán de piratas en los próximos días para celebrar la vida.
El comunicador fue operado recientemente por quinta vez de un tumor en la cabeza y, lamentablemente, le tuvieron que extraer el ojo derecho.
Con mente positiva y con el fin de normalizar que se puede vivir con solo un ojito, la familia del periodista planeó una fiestita para que sus hijos y demás familiares vean que la nueva condición de Gerardo es solo un recuerdo de que está vivo y puede seguir compartiendo con todos sus seres queridos.
De momento la celebración no tiene fecha, pero según comentó Zamora, será antes del 15 de noviembre ya que necesita estar y agradecer a todas esas personas que no lo han abandonado durante su proceso.
Los invitados deberán llevar ropa de pirata y parches para que todos entiendan y vean lo que enfrenta el periodista de ahora en adelante.
Gerardo hizo el domingo anterior un video bastante emotivo contando lo que pasó. También habló con La Teja y dio más detalles de su batalla.
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-¿Cómo va a ser esa fiesta pirata?
Ideamos un plan para que de la manera más natural posible y creativa podamos darle la bienvenida a esta etapa en que estoy con un solo ojo. Como la familia tiene varios niños, además de mis hijos, queremos que ellos vean normal tener un papá o un tío con un ojito, gozar ese momento porque ellos la vida la entienden como una fiesta. La idea es que sea antes del 15 de noviembre para que no se junte con lo que es Navidad.
-Es muy bonito el mensaje porque es claro que esa no va a ser la única circunstancia diferente que se van a topar los niños en la vida...
Exactamente, es una forma de recibir con alegría una circunstancia adversa, pero sabiendo que hay muchas por las que hay que celebrar, es como sonreírle a la vida.
El que gana en la vida no es el más fuerte, sino el que mejor se adapta”
— Gerardo Zamora, periodista.
-¿Qué lo impulsó a hacer el video que subió a redes?
Yo me enteré que hay muchas personas que me tienen en oración y presente, le dije a Ginnés que era importante enviar un mensaje de agradecimiento para esa gente.
-Cuando se da un mensaje de motivación como el que dio, hay que llegar a estar convencido primero de lo que se quiere transmitir, ¿cuánto duró en estar seguro de esas palabras?
Me ha ayudado que ha sido un proceso de dos años, una situación que me ha permitido asimilar y madurar y eso me facilitó la elaboración del mensaje, porque tuve tiempo de pensarlo.
-¿Cómo han sido las etapas desde que le dijeron que tenía un problema, hasta la extracción de su ojo?
Al principio hubo susto, sorpresa, shock, como si estuviera en una pesadilla, esos momentos son difíciles de asimilar por la confusión que se tiene. Conforme pasan las semanas uno empieza a caer en cuenta de la situación, gracias a Dios la familia me ayudó a ir entendiendo lo que pasaba y a tomar las decisiones más sensatas.
Ginnés ha sido un ángel para mí que me ha ayudado a tomar las mejores decisiones y ni qué se diga del resto de mi familia.
-¿Cómo le dijeron lo de la extracción del ojo?
Los médicos siempre procuraron proteger el ojo, trataron de trabajar el meningioma, que es el tumor que tenía, sin tocar el ojo, pero llegó a un extremo en el que ya no había espacio, para quitar el tumor de raíz había que sacrificar el ojo y fue como se hizo. Siendo francos y abiertos los doctores me lo dijeron con el mayor respeto y consideración posible.
-¿Cómo está el otro ojo?
Bien, funciona al cien por ciento, gracias a Dios.
-¿Está listo para ver el campeonato de Herediano?
Vamos a ver, es que estos campeonatos son tan singulares, pero Dios quiera que sí, aunque sea a un solo ojo vemos las mejengas, es parte de no perder el sabor de la vida.
-¿Qué le dijo el médico?
Como quitaron el ojo fueron lo más profundo posible porque ya no había que salvaguardar el ojo, entonces fueron de raíz. Esa cirugía fue la número cinco y se está complementando con un tratamiento que es como de ciencia ficción, que se llama radiocirugía robótica, con la que un robot me irradia rayos gama para desaparecer cualquier fragmento microscópico que haya quedado. No duele, no genera molestias y es excelente.
-La salud es primero, pero ¿ya tiene planes de volver a trabajar?
Sí, a mí me pica todo por volver a trabajar y regresar a la oficina de comunicación de la Universidad Nacional, son casi dos años de distanciamiento, que por suerte he tenido mucho apoyo, pero cuento los días por reintegrarme.
-¿Cuál es la mayor reflexión que hace al ver que la vida le cambió tanto en dos años?
Valorar el presente, esa frase de ir viviendo el día a día, cuando uno pasa por un susto como este, uno aprende a valorar el cafecito, la conversación que se tiene, no tener la cabeza en mil cosas porque eso impide disfrutar de la vida.