El periodista y presentador de Más que noticias José Miguel Cruz abrió hace unos días el segundo local de "La esquinita de JM" cerca del hospital Calderón Guardia, en San José y donde los invitados especiales son los abuelitos y abuelitas.
El comunicador, quien casi todos los días se roza con personas adultas mayores por asuntos de trabajo sabe de la atención y el cariño que necesitan y por eso habilitó en su sodita un rincón para que las personas lleguen, descansen, coman e incluso se echen un sueñito sin pagar un cinco. El beneficio también cubre a gente de escasos recursos económicos que quizás necesita descansar luego de visitar a familiares internados en el Calderón.
La "Esquinita de JM 2" está 125 metros al oeste de la rampa del hospi (el otro local queda en Paso Ancho).
Eso sí, por aquello de que algún vivazo quiera pasarse de listo, JM explicó que estas atenciones son exclusivas para quienes de verdad las necesitan, algo que él determina en el momento.
José Miguel habló con La Teja acerca de este proyecto y de la comida tan rica que vende en sus soditas.
–Cuéntenos de su nueva soda...
Es una extensión de la primera y se da porque en la otra recibo muchos adultos mayores, pero como es un lugar pequeño no están tan cómodos. Entonces se dio la oportunidad de abrir un segundo local en una casa más grande y que con esto ellos puedan comer, descansar, dormirse un ratito o solo pasar la tarde en una mecedora leyendo. Es como devolver a la sociedad y a los adultos el montón de consejos que he recibido de ellos.
–¿No les cobra por todas esas atenciones?
No, es parte del bien social. Si una persona llega, por ejemplo, al hospital, a veces tiene que esperar mucho rato o no tiene dinero para comer, entonces ahí los recibimos. El concepto es que lleguen y se sientan como en la casa de la abuela. Por eso cuando entran pueden ver muchos detalles, incluso el lugar está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y siempre hay una velita encendida. Y están el olor a leña y muchas otras cosas que los hacen sentir bien.
–¿No le da miedo que lleguen a pedir personas que no necesitan?
Creo que uno identifica a las personas que lo necesitan, de igual manera tengo la idea de hablar con la Oficina de Acción Social del Calderón para que me ayuden y si ven que hay una persona que no tiene dinero la manden con algún papel o algo que me permita poder darles ese apoyo,de, al menos, un gallito y un rato tranquilo.
–¿Cuándo abrió el localito?
El 8 de mayo pasado, quería que fuera un día histórico para el país y para mí y hasta ahora nos ha ido de maravilla. Sin hacer publicidad se ha acercado mucha gente, no se imagina a los gringos o extranjeros cuando vienen, se vuelven locos con la cocina de leña.
–¿Cómo está haciendo con el otro local?
Tengo que dividirme en dos, no puedo dejar a la clientela del otro, así que un rato estoy allá y otro aquí. Tengo un montón de madres postizas que van a visitarme y para mí es un regalo de Dios porque como no tengo a mi madre cerca (está en Nicaragua), ellas me transmiten un amor muy bonito.
–¿Su mamá ya conoce las soditas?
No, todavía no ha venido pero tiene planes de hacerlo en los próximos meses.
–¿Qué ha aprendido de su experiencia como jefe?
Muchísimo, ha sido muy sacrificado porque hace año y medio no tengo vacaciones, pero ya sé escoger tomates, yucas y todo de la mejor calidad. También he aprendido a dar un buen servicio, que creo que ha sido el éxito del negocio y en la cocina me la juego con el arroz con leche, hago uno delicioso, entre otras cosillas más.
–¿De dónde ha sacado esos adornos tan típicos que tiene?
Ha sido un rejuntado de todos los pueblos a los que he ido, también dejé peladitico mi apartamento porque me lo llevé todo, hasta las matas. De hecho, en Semana Santa recorrí el país y visité a todas mis abuelitas para que me regalaran matas. Gracias a Dios siempre estoy rodeado de mucho amor divino.