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El periodista Felipe Loaiza demuestra en cada reportaje que hace para Informe 11 Las Historias que es todo un aventurero, arriesgado y nada miedoso.
Sin embargo, en estos días hizo una nota en la que actuó que estaba muerto y para que pareciera más real se metió dentro de un ataúd por media hora.
El reportero de Repretel andaba en la funeraria Mano Amiga, de don José María Ramírez, en San Rafael, en Oreamuno de Cartago, y se le ocurrió meterse en uno de los féretros para ver qué se sentía estar encerrado vivo.
Felipe reconoció que sí sintió miedo por un momento, pero que ya después se relajó y pudo seguir grabando su reportaje.
“Sí, da miedo, no le voy a decir que no. Se siente claustrofóbico, falta el aire, es demasiado oscuro cuando te cierran la tapa y eso lo hice porque es un reportaje para Informe 11 debido a que al personaje le llaman Sacerdote y tiene una funeraria”, inició explicando.
Mientras conversaba con el dueño de la funeraria, le contó que la gente le dice que jamás se atrevería a meterse ahí o que les da miedo todo lo que representa estar en el lugar y que por eso se atrevió para saber qué se sentía.
“El que ideó todo fui yo, lo vi como muy fácil, pero ya cuando estuve ahí adentro y me pusieron la tapa encima me dio miedo, no le puedo mentir, sentí como no sé, como desesperación. Les dije que me abrieran por lo menos como el vidrio, pero vieras que ya estando adentro me sentí como tan calmado que vea que aguanté 30 minutos, tal vez un poco más o menos”.
“Al final, viví la experiencia. Fue como claustrofóbica, mucha oscuridad y un silencio, porque parece mentira, pero no se escuchaba mucho el ruido de afuera, y ya después de unos 15 minutos el aire empezaba a hacer como falta porque se ponía todo muy caliente adentro”, dijo.
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Con un mensaje del más acá
Felipe contó que ya una vez adentro le pusieron una manta encima y le acomodaron la almohadilla que tienen los féretros y que hasta vaciló con el de la funeraria que cuando él muera que mejor le pongan una almohada más cómoda para que no le duela tanto el cuello.
“Es una experiencia solo para valientes porque sí da taquillo estar ahí adentro y, de hecho, tuve que ponerme firme a la hora en que me metieron, porque el cuerpo cuando ya muere se pone rígido, entonces tuve que ponerme igual para que pudieran colocarme dentro y ya estando ahí me taparon, me pusieron la sábana y la almohada bien, y cuando taparon la caja queda todo en oscuridad total y es un silencio, pensaba: ‘¡ay, me va a dar algo!’, pero no, guardé la calma y cuando abrieron la ventanita donde queda solo el vidrio puesto ya por lo menos me calmé un poquito”, relató.
Lo más feo es que don José María le dijo, no sabe si fue verdad o en son de broma, que la última persona que se le metió en un ataúd de los que vende tuvo un accidente de tránsito 22 días después y que casi se muere.
El reportero agregó que ha recibido muchos comentarios de gente que les dice que les da miedo meterse ahí, que admiran su valentía y hasta su mamá le dijo que jamás quería volverlo a ver ahí metido.
“Yo lo que quería era dar un mensaje, principalmente de que la vida es muy corta y que para ahí vamos todos, que a veces olvidamos y que nos sentimos superiores o hacemos el mal, pero se nos olvida que todos terminamos ahí metidos. Somos un ratito en esta tierra y hay que aprovechar, pues, el momento sin hacer daño, con humildad y siempre en familia, ese era mi mensaje al meterme ahí”, concluyó.
