El periodista de canal 7, Rubén McAdam, enfrentó el momento más duro de su vida siendo un niñito de nueve años.
La muerte de su abuelo materno, Enrique Molina, le rompió el corazón a muy temprana edad al reportero de Calle 7: Informativo.
Don Enrique murió, sorpresivamente, la noche del 12 de diciembre de hace 13 años, y su partida marcó un antes y un después en la vida de la actual figura de Teletica.
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Rubén destacó ese duro capítulo de su vida en una reciente entrevista con La Teja, en la que también habló sobre él, su carrera y los casi tres años que lleva en el 7.
¿Quién es Rubén McAdam?
Tengo 22 años, vivo en Belén de Heredia y soy un apasionado por la comunicación. Desde muy pequeño me gustó contar historias, siempre fui muy creativo. En esencia soy un contador de historias y un gran conversador.
Entonces siempre quiso ser periodista…
Estuve entre todo un poco. Mi abuelito era profesor de Matemática y fue contador. Él estuvo en muchas profesiones y aprendí mucho de él, era una persona muy gentil y amable, y vivió con nosotros en la casa; entonces, por ahí siempre me anduvo picando el gusanillo por estudiar de todo un poco. Mi abuelito alquilaba muchas películas para ver los fines de semana en la casa, y un día pensé en lo chiva que sería hacer una película y contar una historia. En un principio quería ser director de cine, pero estudiar eso era demasiado caro, y así fue como me decidí por ser periodista, porque era una profesión con la que podía juntar todo eso.
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¿Y la tele siempre la vio en el horizonte?
En algún momento sí me visualizaba en televisión, porque me gustaba mucho la forma en que se hacía televisión acá, pero nunca fue como mi objetivo principal. En Teletica caí por casualidad. Unos profesores de la universidad me dijeron que en Teletica iban a hacer un nuevo programa (Calle 7), me pasaron el santo y los correos de Desarrollo Humano y, aunque tenía mucho miedo de mandar mi currículum, unas palabras de mi mamá me motivaron. Lo envié y a la semana me llamaron y me ofrecieron una plaza como pasante y después me integré a la empresa.
¿Canal 7 es su primer trabajo?
Sí, por eso le tengo mucho aprecio a la televisora y al programa, porque con Calle 7 surgió mi carrera como periodista.
¿Cómo ha sido este viaje de casi tres años en la comunicación?
Muy bonito, Mi abuelito siempre decía que las primeras veces siempre eran muy bonitas para todo, y siempre lo tomé con mucho entusiasmo. Tenía miedo al principio porque era el nuevillo, porque te intimida llegar a un lugar y ver a periodistas con trayectorias grandísimas.
Geek del espacio | Ama Gandhi | Rojiamarillo a muerte |
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Rubén se describe como un apasionado de la astronomía. De chiquillo, dice, soñaba con ser Franklin Chang. | La banda costarricense Gandhi es el grupo favorito de Rubén. Desde el 2017 el grupo encabeza su lista de favoritos del año de Spotify. | Su abuelo quiso que fuera saprissista, pero Rubén se hizo herediano tras una goleada que le dieron los florenses a los morados en un partido al que fue, precisamente, con don Enrique. |
Habla mucho de su abuelito, ¿qué significa él para usted?
De mi abuelito Enrique Molina heredé mi personalidad. Él sigue siendo, a pesar de que ya no está, mi héroe y mi modelo a seguir. Tengo dos aspiraciones en la vida: ser feliz y llegar a ser aunque sea la cuarta parte del hombre que fue mi abuelo. Él era una persona muy alegre, me inculcó eso de sacarle el lado positivo a todas las situaciones, a reírse, vacilar. Él falleció en el 2011.
Usted era un niño en ese momento…
Tenía 9 años. Mi abuelito murió un 12 de diciembre y, sin duda alguna, fue el momento más triste de mi vida, primero porque falleció de un infarto y nadie lo vio venir. Él siempre se despedía, me arropaba para dormir y me decía ‘buenas noches, mi chiquito, hasta mañana si Dios quiere’. Nos fuimos a dormir y en la madrugada le dio un infarto y no hubo nada qué hacer. Fue un golpe muy duro y repentino. Él era y es mi mejor amigo.
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¿Cuánto lo marcó esa despedida?
Ese episodio definió el resto de mi vida. La persona que soy hoy, el Rubén de ahorita empezó a partir de ese episodio.
¿Qué es lo que más recuerda de él?
Sus chistes. Era muy espontáneo y antes de dormir se echaba Zepol y siempre que huelo eso me trae el recuerdo de mi abuelito.