Un peón de una finca de Pérez Zeledón simpático y dicharachero, se ganó la admiración de muchos este martes en el tercer programa de la quinta temporada de “¿Quién quiere ser millonario?”.
Se trata de Steven Angulo, de 21 años y quien se sentó en la silla caliente frente a Ignacio Santos y cayó muy bien con su humildad y frases vacilonas.
El pezeteño, estudiante de asistencia de farmacia, pero que se gana la vida cogiendo café y sembrando tomate, se llevó medio meloncito gracias a que había llegado a zona segura, pero estaba para más, pues se confió en la sétima pregunta y no utilizó uno de los tres comodines que le quedaban.
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A Steven le preguntaron cuál es el pingüino más pequeño del mundo, dándole como opciones al rey, al africano, al azul y al emperador. Como no conocía muchos, se fue por el africano.
“No sabía que existía el pingüino azul, aprendí algo nuevo hoy. No me casé con la princesa, pero por lo menos le pude robar un beso”, dijo al terminar su participación.
Aseguró que estar en el programa fue un sueño cumplido.
“La mejor experiencia de mi vida, más que la plata y estar en el programa fue cumplir un sueño. Yo le dije a mi mamá que en algún momento estaría en la silla caliente y aquí estoy, desde que inició yo lo veía y cuando vi que venía el proceso de inscripción, dije que era hora de volver ese sueño realidad”, comentó.
Además de Steven, este martes también vimos a Bryan Acuña, quien se convirtió en el participante que más harina se ha llevado hasta el momento en esta temporada. Se fue con dos millones después de llegar a la pregunta número 9.
El vecino de Coronado es analista internacional y se aprovechó de las preguntas sencillas del principio y de las ayuditas que dan en el programa para hacerse millonario, aunque quedó bateado en una que le hicieron sobre la serie de Luis Miguel.
Dijo que aprovechará el dinero para pagar deudas y estudiar un poco más.