Gregory Kearney Lawson estaba convencido de que él iba a convertirse en el primer participante de ¿Quién quiere ser millonario?, en esta temporada, en llevarse los 30 millones de colones.

Sin embargo, a él un comodín, que por lo general es un salva tandas, lo terminó embarcando.

El estadounidense de nacimiento, pero de madre y nacionalidad costarricense, vaciló con que le va a cobrar al historiador Dionisio Cabal el millón y medio de colones que perdió.

Gregory lo dice porque eligió a Cabal para el comodín de la videollamada y este le dio mal la respuesta cuando el hombre iba todo empunchado por la pregunta número nueve.

Si don Gregory se retiraba se llevaba dos millones de colones y si su compa le hubiese dado bien la respuesta se hubiera ido, mínimo, con tres melones ya que hubiese llegado a la pregunta número 10, la cual es la segunda zona segura.

Pero para mala suerte del participante, como su compa lo embarcó solo jaló con cinco tejas en la bolsa.

La pregunta en la que se fue resbalado don Gregory era de qué zona era originaria la moringa; la respuesta correcta era la India y Cabal le dijo Sri Lanka.

“La meta mía era llegar a los trinta millones de colones, quería ser el primero en lograrlo, estaba tranquilo y yo pensaba llegar a la pregunta de los cinco millones fácilmente y de ahí usar los comodines y, bueno, al final no fue así.

“Dionisio tenía toda la intención de ayudarme y tenía a otra persona revisando en Internet, pero no sé qué pasó, yo lo vi muy inseguro a él en la respuesta y pensaba irme por mi instinto, que yo creía que era India o China, pero bueno, son cosas que pasan. Voy a ir a cobrarle los millones que perdí ”, dijo el participante.

El abogado, periodista y fotógrafo contó que ambos se masajearon mientras estaban dando el programa para vacilar por la embarcada y que quedaron en verse pronto para hablar de lo sucedido mientras se toman un café.

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Grato recuerdo

El comunicador, quien es vecino de Escazú, contó que su sueño es crear una fundación para personas mayores de 65 años y que vivan solas, en la que tengan un espacio para socializar entre ellos y quedarse a dormir si así lo requieren.

Además, su deseo es tener una especie de museo dentro de su fundación donde pueda exponer todo el trabajo foto-periodístico que ha hecho en sus más de 30 años de carrera.

Allí también espera llegar a colocar el guante y los dos discos que tiene de Michael Jackson que el mismo Rey del pop le autografió cuando coincidieron en un evento a inicios de los años ochentas, en Estados Unidos.

Los inicios de su carrera periodística los hizo en Hollywood, por lo que dice tener muchas fotos con famosos de aquella época.

“Empecé a ir a eventos donde iban los artistas y ahí les tomaba fotos y entonces las revista me empezaron a contactar y yo les vendía las fotografías y las anécdotas, cada vez que los veía. Al principio iba como paparazzi y me terminaba haciendo amigo de ellos.

“Una vez en la entrega de unos Óscar, después de que sacó el disco ‘Thriller’, vi a Michael Jackson en tres ocasiones distintas y le pedí que me regalara su guante y me autografió unas fotos y un álbum que andaba”, recordó.

Hace 20 años intentó vender el guante a una casa de subastas en Estados Unidos, pero como le ofrecieron muy poca plata, mejor se lo dejó como recuerdo.