El humorista Mauricio Artavia, mejor conocido como Papi Pazz, ya está en su casa bien chineado por su esposa y su hija Alana, tras abandonar el hospital de Alajuela este fin de semana.
A él lo operaron la semana pasada para extraerle una pelota que le descubrieron en la pared trasera del estómago, cerca del riñón, y pese a lo difícil o doloroso que puede ser una recuperación de este tipo, no deja de verle el lado chistoso a su situación.
“Ahora tengo un zíper de 18 centímetros, son 9 centímetros para arriba del ombligo y 9 para abajo. Ahora me quedó una jareta en el estómago. Me la hicieron (la operación) vertical, pero por dicha está muy sanita“, dijo.
A pesar de haberla pasado muy bien en el hospital, donde dice todos fueron muy buena nota, lo que lo tiene más feliz es que ya pudo volver a abrazar a su hija, a la que extrañaba mucho porque no pudo ir a verlo al centro médico mientras estuvo internado.
Ella ha estado tan pendiente de su papá que, según contó, lo ha ayudado a bañarse, le lleva las pastillas que se tiene que tomar cada cierto tiempo y hasta le ayuda a limpiarle la herida.
“Uno lo que está es como adolorido, pero por dicha cada día es menos, ahí vamos poco a poco”, contó.
LEA MÁS: Papi Pazz confiesa que ha tenido sus recaídas luego de dejar el alcohol hace nueve años
Con mucha fe
Papi Pazz mencionó que ahora está a la espera de la próxima cita, que será en mayo, y que según le explicaron los médicos, el tumor que le sacaron lo mandaron al hospital México para ser analizado.
En la biopsia que le practicaron el año pasado se determinó que el tumor es benigno y él dice no perder la fe de que los nuevos exámenes darán el mismo resultado.
“Seguimos pa’ lante y con fe. Hay que procurar que la fe sea más poderosa que el miedo y aquí seguimos positivos, haciendo caso y caminando por poquitos, que fue lo que me mandaron a hacer”, contó.
Como estuvo dos semanas internado aprovechó el tiempo para escribir algunos chistes que espera estrenar muy pronto en alguna de sus presentaciones.