Aunque la UNAFUT definió, y en muy buena forma, los horarios de los dos partidos de la final (miércoles y domingo) considero muy baja la actitud de la Liga y del Team de manosear la Teletón como un primer pulso entre ambas instituciones.
Don Fernando Ocampo, presidente rojinegro, conocedor del significado de esta gran y solidaria actividad, perfectamente pudo organizar el partido de cierre para el domingo 8 de diciembre, y todo habría transcurrido en paz, pero quería jugar el sábado.
Los argumentos del Club Activo 20-30 son totalmente válidos. El esfuerzo para este viernes y sábado ha sido grande, y la actividad no se planea con 15 días de anticipación, es el esfuerzo a lo largo de todo un año para, en esta ocasión, tener en escena 43 artistas nacionales e internacionales y más de 10 historias de niños y viejitos.
La meta de la Teletón es recaudar ¢500 millones, pero este monto pudo verse reducido ya que competiría con el partido en el Morera Soto y con otra serie de actividades.
Si Ocampo se equivocó, también lo hizo Jafet Soto, gerente del Herediano, que entró a meter carbón y a intentar quedar como el gran defensor de la Teletón. Jafet quiso usar esta actividad para darle un día más de descanso a su equipo que arrastraba las piernas en los tiempos extra contra Saprissa.
Esa fue la verdadera razón para pedir jugar el jueves y obligar a la Liga a correr la fecha al domingo. Jafet disfruta de indisponer a su rival, en especial si es la Liga, por eso indigna que intentara usar la Teletón para dar una noble imagen. La Teletón debe ser primera por su espíritu de servicio y solidaridad, punto.