Cuando se toman las cosas a nivel personal podrían desarrollarse sentimientos de mayor frustración, ya que la negatividad, la tensión y la incomodidad nutren la interpretación de todos los eventos que suceden.
Haga una lectura correcta de los hechos apoyados en el caso de Sofía.
“Nosotros nos conocimos por medio de una amiga y desde el principio me pareció una persona maravillosa. Empezamos a hablar mucho y pasar tiempo juntos. Ahora lo entiendo, pero en aquel momento no, pues me decía que no se sentía listo para tener una relación pero actuaba como si quisiera iniciar algo serio. Empezamos a vernos casi a diario, pero después cambió y ya no era igual de cariñoso, empezó a poner muchas excusas y se perdía por días. Traté de darle su espacio, pero me dijo que lo estaba ahogando y que lo presionaba. Luego me dejó de contestar y por mucho tiempo creí que era mi culpa hasta que me di cuenta de que él no estaba listo”.
Comprender es liberador: Sofía se tomó esto como algo personal, creyó que había arruinado una oportunidad con una persona que consideraba interesante, agradable y especial. Ella omitió un dato, él decía: “no estoy listo”. Este tipo de datos deben ser analizados y tomar decisiones.
Ella se decía así misma: ¿qué estoy haciendo? La culpa la atrapó y dejó que el discurso de la otra persona tuviera más peso que la realidad.
La realidad duele, pero libera: Cuando se toman las cosas a nivel personal es muy posible que se navegue en el plano de la culpa. A veces siendo uno mismo nuestro peor enemigo. El reto es tener la capacidad de definir: ¿qué fue lo que sucedió?, ¿cómo sucedió?, ¿cómo lo voy administrar?, ¿qué aprendí?
Al comprender la vida desde la objetividad, no se vivirá como esclavo de la complicación ni del miedo y se tendrán nuevas esperanzas e ilusiones. Ahora, quizá más sensato, con más datos para desarrollar herramientas para la vida.