Cuando salió el primer ejemplar de La Teja, el 29 de setiembre de 2006, solo la familia y amigos más cercanos de Natalia Monge sabían de su talento para la imitación.
Quince años después es una de las principales voces del programa de Monumental Pelando el ojo, también sale La Matraca de canal 6, y es jueza de Tu cara me suena, en canal 7. Además, es una de las famositicas con más seguidores en las redes sociales.
Con motivo de nuestro aniversario conversamos con el orgullo de San Gabriel de Aserrí, pues fuimos los primeros en presentarla al mundo en nuestras páginas años atrás.
- ¿Hace 15 años qué era de su vida?
Tenía 21 años, estaba recién empezando mi noviazgo con Alonso Mata, que ahora es mi esposo, y profesionalmente estaba en una transición, en una encrucijada porque no sabía qué iba a ser de mi vida porque venía sobrellevando una lesión en mis dos tendones de Aquiles, cuando eso estudiaba Danza en la Universidad Nacional, y estaba en esa etapa que ya estaba convencida de que quería estudiar algo de comunicación (estudió Relaciones Públicas).
Recuerdo que para ese entonces entré a Radio U como practicante en un programa que salía solo los viernes y fue donde conocí a Alonso, y reafirmé que la radio me apasionaba muchísimo.
También para esas fechas gestioné mi carné de locutora comercial.
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- ¿Cómo se empezó a involucrar en espectáculo?
Empecé a trabajar en DDM (disquera del músico Ricardo Acosta) como promotora musical, pero después quebró, entonces, antes de eso yo empapelé el país con mi currículum y terminé trabajando en el aeropuerto Tobías Bolaños en el área de operaciones de una aerolínea que se llama Aerobell, pero fue por poquito tiempo, porque estando ahí me llamaron de Sony Music para que fuera promotora de artistas nacionales y mi sueño siempre había sido llegar a trabajar en Sony y todo esto me llevó de la mano a Pelando el ojo, porque fue promocionando a los artistas de la disquera que conocí a Norval Calvo y a Froilán Bolaños.
- ¿Recuerda la primera entrevista que le hicimos?
Ahorita no, pero para serte franca, según mis cuentas, yo empecé a ir las primeras veces a Pelando el ojo hace 12 a 13 años, entonces, a lo que me medio recuerdo me hicieron unas fotos en la cabina de la radio y andaba con un vestidito sin mangas. Me preguntaban sobre cómo descubrí lo de la imitación y los personajes que hacía.
Cuando eso yo todavía era estudiante universitaria e iba al programa sin tener un panorama claro de por qué estaba ahí o el para qué, pero como que ya empecé a dar de qué hablar puesto que me entrevistaron. Yo me sentí muy honrada porque fue una de mis primeras notas periodísticas.
No recuerdo bien quién me hizo la entrevista, pero sí era sobre cómo me sentía de estar en el programa de radio.
- ¿Es de las que guarda ese tipo de recuerdos?
Vieras que sí, yo guardo todo. En los últimos tiempos es más difícil guardar cosas físicas porque ahora todo es más digital lo que sale, pero las últimas notas que guardé fueron del embarazo de Joaquín. Todo eso lo tengo en cajas bien cuidaditas.
- En el 2006 no estaba casada, ni con hijos, ni era conocida, ¿en aquel entonces se idealizaba así?
¡Nombres, yo me casé en el 2015! (risas). Vieras que cuando ya me incorporé formalmente a Pelando el ojo ahí sí, que fue después de la lamentable muerte de Froilán (noviembre 2009), porque ya me sentía dentro del elenco, y ese primer año ya me llamaron a los toros. La primera vez que yo crucé la puerta de Repretel me dije: ‘yo quiero esto por muchos años’, porque estaba convencida que la tele también me gustaba. Tiempo después es que se viene la oportunidad de ser presentadora de Giros y luego de Informe 11 Las Historias.
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- ¿Cuánto siente que ha crecido profesionalmente?
Más que un crecimiento artístico es un crecimiento personal, con una madurez muy rica que permite que todo alrededor se afiance más. Ya tengo un nombre construido, entonces, cuando se llega a este momento todo fluye mejor y más fácil.
Al principio todo cuesta mucho, atacan mucho, no tienen fe, aparte de que en aquella época había mucho más machismo. Ahora más bien lo que ha pasado es que durante todos estos años he venido desempolvando toda aquella formación artística que se me dio desde niña.
- ¿Qué le diría a la Natalia de hace 15 años y a la de ahora?
Me puedo ver al espejo y decirme: ‘Natalia lo estás haciendo muy bien, me siento orgullosa de vos’, y si me acuerdo de la Natalia de hace 15 años le diría: ‘ves, valieron la pena aquellas mojadas de pies, los viajes en el bus para ir a la universidad’.
- ¿Qué recuerda de cuando empezó a salir La Teja?
Primero, la facilidad de que iba a costar cien colones, después me acuerdo que como estaba vinculada a la disquera uno tenía que monitorear los medios, entonces, era infaltable en la mesa.
- ¿Qué más le gustaba leer?
A mí lo que me gusta de La Teja es que es muy fácil de leer y todo lo explican. Por ejemplo, en temas de política, que uno en Pelando el ojo tiene que estar informado, hasta los temas más densos los explican superbién y en términos populares, o sea, uno se informa bien y es muy profesional el contenido que tiene.
Y en entretenimiento es una gozada. Aunque aquí sigo esperando que en vez de la grandotota hagan la chiquititica para ver si salgo (risas).
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-¿Siempre lee La Teja?
Siempre. Ahora más en digital, pero La Teja llegó para quedarse y para mí supieron leer bien un mercado que estaba ahí cautivo y lo conquistaron. Más bien los aplaudo por estos 15 años y ojalá que sean más.