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Lia Thomas, una nadadora transgénero de la Universidad de Pensilvania, quien ha estado rompiendo récords últimamente, está metida en una gran polémica.
La joven, de 22 años, derrotó a sus competidoras en las preliminares y finales de estilo libre femenino de 500 yardas en la Universidad de Akron. Su tiempo ganador de 4:34:06 es ahora el mejor del país para el evento.
Antes de declararse transgénero y hacer la transición, Thomas formó parte del equipo masculino de UPenn y compitió durante dos temporadas completas allí.
Según el mandato de la NCAA, se requiere al menos un año de tratamiento de supresión de testosterona para ser elegible para competir como mujer.
“La natación es una gran parte de mi vida y de lo que soy. Soy nadador desde los cinco años. El proceso de salir del armario como trans y seguir nadando fue muy incierto y desconocido en un área que suele ser muy sólida.
“Darme cuenta de que era trans puso eso en duda. ¿Seguiría nadando?, ¿cómo se ve eso?, ser trans no ha afectado mi capacidad para practicar este deporte y poder continuar es muy gratificante“, dijo Thomas en una entrevista.
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La elegibilidad y cuán justo es que los nacidos como hombres, compitan en el deporte femenino, no deja de ser un tema polémico.
A principios de este año, el Departamento de Justicia argumentó que las leyes en Arkansas y West Virginia que prohíben a los atletas que nacieron como hombres competir en deportes femeninos eran inconstitucionales.
Pensilvania también instaló recientemente la HB 972 (también conocida como la Ley de Protección de los Deportes de la Mujer) que trata de fomentar un campo de juego nivelado para los atletas, donde los estudiantes juegan en un equipo según el sexo que se les asignó al nacer.
