Kate Parker, la fundadora de Schools Consent Project, organización que orienta a los niños para evitar posibles ataques sexuales, denunció que la muñeca sexual ‘Roxxxy’ podría incitar a la violencia.
A esta especie de robot sexual se le puede cambiar el estado ánimo, dependiendo de las necesidades que tenga el dueño.
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El producto, que salió a la venta hace varios años, cuenta con una opción en la que es posible que "Roxxxy" simule resistencia al acto y con ello, el usuario somete y “viola” a la muñeca.
“Es un invento siniestro que normaliza la violencia sexual y provee una distracción para impulsos criminales que probablemente deberían de estar sujetos a una intervención psiquiátrica”, dijo Parker.
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La empresa estadounidense True Companion, creadora de Roxxxy, reaccionó: "La violencia no es parte de una experiencia razonable de compañerismo y la violación no es un tipo de interacción que Roxxxy soporta, ni es algo que requieran nuestros clientes".
Los robots sexuales de True Company son vendidos entre los $6.900 y los $75 mil ( entre 3 y los 43 millones de colones), e incluso los de mayor costo pueden ser con diseños personalizados.