Mujeres pulseadoras crean nuevas empresas para diferenciarse en la naciente industria del “sextech”, con la fabricación de juguetes sexuales tecnológicos diseñados por y para el género femenino.
“Los juguetes sexuales creados por hombres suelen ser diseñados con la idea, a menudo equivocada, que se hacen los hombres de lo que satisface sexualmente a las mujeres”, explica Stephanie Alys, cofundadora de MysteryVibe, diseñadora de un vibrador llamado Crescendo.
"Por este motivo, hay muchas mujeres que crean los productos que desean para ellas mismas", aseguró Alys a la AFP durante el Web Summit, la feria anual de la economía digital, que reúne a miles de empresarios e inversores y que se celebró del lunes al jueves en Lisboa.
A diferencia de la mayoría de dispositivos que imitan la forma del sexo masculino, el Crescendo es flexible para ajustarse mejor a la vagina y vibra en diferentes puntos.
Puede conectarse a una aplicación que modula el ritmo de vibraciones y que fue descargada por 500.000 personas, explica Alys, que coordina a “un colectivo de empresarias de la industria sextech formado por unas cincuenta mujeres en Londres”.
La empresa londinense MysteryVibe ya causó sensación con la presentación de su primer vibrador tecnológico, que la usuaria puede controlar con una aplicación móvil.
Cubierto de terciopelo, este objeto sexual es maleable y dispone de seis motores vibradores, uno de ellos en la punta.
Dame Products, una empresa creada en Nueva York por dos mujeres creó el pequeño Fin, que puede sujetarse entre dos dedos, o el Eva, que “se sustenta en los labios genitales”, afirma Alexandra Fine, cofundadora de Dame Products.
Las mujeres "adoran" saber que estos juguetes fueron diseñados por otras mujeres, asegura a la AFP Fine, que intervino en una charla en la Web Summit en la que solo participaron mujeres.
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Según la página web de análisis del mercado Statista, este sector podría alcanzar un valor mundial de 29.000 millones de dólares en 2020.
Las empresas femeninas no se diferencian solo por sus productos, sino también por sus campañas de publicidad.
"Poner imágenes de una mujer sexi en una caja no me hace sentir sexi, más bien me incomoda", reconoce la creadora de Dame Products.
Esta empresa prefiere colocar sus productos en la categoría de “salud y bienestar” con el objetivo de que en una tienda estén “en la misma estantería que una candela aromática o un cepillo de dientes”.
“Las mujeres temen por su reputación” cuando compran juguetes sexuales, afirma Polly Rodríguez, que fundó en Nueva York la asociación “Women of Sex Tech”, que reúne a 70 mujeres diseñadoras de los pícaros objetos.
No obstante, Rodríguez afirma estar “muy sorprendida” por la reacción positiva de la gente cuando explica que participó en la fundación de Unbound Babes.
“Estoy encantada de fabricar productos que son bonitos, asequibles y que en cierta forma cuestionan el patriarcado”, presume Rodríguez.