Las prostitutas de Ámsterdam están pasando por una época de vacas flacas debido a la tecnología y a los clientes “huesos”.
Según informó la cadena BBC, los turistas están más interesados en una foto gratis que en pagar por tener sexo.
Los visitantes llegan al barrio Rojo de la ciudad holandesa buscando un selfi con las trabajadores sexuales que se encuentran en las diferentes vitrinas de los burdeles tulipanes. Este luego lo presumirán en sus redes dejando expuestas a las prostitutas.
La primera alcaldesa de la capital holandesa está tratando de encontrar una solución a ese problema.
Femke Halsema prepara una serie de medidas que ayuden a las trabajadoras sexuales a escapar del flash de las cámaras.
"Es el parque de atracciones gratuito más grande de Ámsterdam", dice Frits Rouvoet. Mientras camina por los callejones donde muchas de las prostitutas lo saludan con familiaridad.
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Frits dirige una librería en el barrio Rojo y con frecuencia invita a las mujeres a tomar un café, un momento de alivio del abuso y la intimidación que sufren en la calle.
“No hay ningún lugar al que puedan huir. Si quieren ganarse la vida tienen que estar de pie en el escaparate, pero vienen muchos, muchos hombres desde Inglaterra, Escocia, Irlanda, vienen borrachos, gritando, tratando de tomar fotos”, dijo.
Las mujeres jóvenes tratan de ocultar sus rostros, mientras los turistas miran boquiabiertos y apuntan a ellas con sus celulares.
Para muchas de estas mujeres, esta es una vida secreta y ver su foto en las redes sociales podría provocar que sus familias las marginen.
Se espera que la alcaldesa Halsema publique sus propuestas detalladas durante los próximos meses, con el fin de proteger a las muchachas de la burla y el juzgamiento público.
Por ahora, ha sugerido un aumento de la presencia policial, multas “en el lugar” para los turistas y el uso del “Código Rojo”, una alerta de emergencia, que obligue a desviar a los visitantes cuando el centro histórico se encuentre abarrotado.
El Defensor del Pueblo de Ámsterdam, Arre Zuurmond, describió la zona como “una jungla de noche” y quiere introducir una restricción de edad, por lo que ha propuesto limitar el número de vuelos baratos al aeropuerto de Schiphol.
Queda esperar cuáles serán las medidas que finalmente se aceptarán, pero lo que es un hecho es que el famoso barrio Rojo de Ámsterdam cambiará por culpa de la tecnología.