La expasante de la Casa Blanca Mónica Lewinsky aseguró que la aventura que originó el fallido proceso de destitución contra el entonces presidente estadounidense Bill Clinton no fue un ataque sexual, pero si “constituyó un evidente abuso de poder” .
Lewinsky escribió en la revista Vanity Fair que ella está impresionada por el valor de las mujeres que han confrontado a “creencias e instituciones arraigadas” y que han denunciado los abusos que se viven diariamente en lugares como Hollywood.
Cabe recordar que la exbecaria, de padre salvadoreño, afirmó que tuvo una relación con el expresidente gringo y que fue señalada de forma muy ruda por muchos, ya que Clinton llevaba años de estar casado con Hillary.
Lewinsky dice que ella recientemente lloró cuando una dirigente del movimiento #MeToo le dijo: “ Siento mucho que tu estuviste tan sola” .
Ella le hizo porras al movimiento “#MeToo” por ofrecer la seguridad que da la solidaridad de otras personas.
Lewinsky dice que a ella se le diagnosticó estrés postraumático por haber sido marginada y sacada a la luz públicamente. En aquel momento, ella confió su gran secreto en la secretaria Linda Tripp, quien grabó las conversaciones telefónicas entre Mónica y Bill, para luego entregárselas a Kenneth Starr para abrir un expediente en contra de ambos.
Clinton inicialmente negó el romance, pero lo admitió después, en 1998. El presidente demócrata fue absuelto por el Senado.