Por 80 euros (poco más de 54 rojitos), cualquiera podría pasar dos horas de placer al lado de Lily o Rachel, dos mujeres con aspecto juvenil, pero que no son de carne y hueso. Se trata de dos muñecas hechas de silicona y con fines sexuales que forman parte del primer prostíbulo de este tipo en Madrid.
“Es un juguete sexual más, como puede ser un vibrador o un látigo”, contó Daniel García, cofundador de Luxury Agency Dolls, el primer burdel de muñecas sexuales de la capital española.
Cualquier deseo de los clientes son órdenes: Luxury Agency Dolls se ocupa de colocar a las muñecas en la posición que se le pida, con la ropa que se desee y de acondicionar el espacio para cumplir con las fantasías de sus clientes.
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Sergio Aparicio, responsable de Luxury Agency Dolls, explicó a Antena 3 que este tipo de establecimiento está denominado como sala de exhibición. Se trata de muñecas fabricadas en China muy realistas con tarifas que van desde los 40 euros (28 mil) por 30 minutos hasta los 80 euros por dos horas de servicio. Al finalizar, si el cliente queda muy enganchado se puede comprar la muñeca por 2.000 euros (más de un millón trescientos cincuenta mil colones). Reciben una media de tres clientes diarios.
Rachel, por ejemplo, es una de las muñecas que “trabaja” en la sala: es pelirroja, mide 1,60 metros y está hecha para cumplir cualquier fantasía que el cliente desee. Eso sí, tienen que cuidarla porque “si la quiebran la pagan”.
No es el primer establecimiento de este tipo que se abre en España. En el 2017 se abrió uno en Barcelona, pero luego cerró sus puertas. En China y otros países orientales, los prostíbulos con muñecas sexuales tienen mucha demanda.