Una historia de telenovela le está dando la vuelta al mundo.
En ella están involucrados un matrimonio inglés y una joven ucraniana, de 22 años, que la ahora expareja había recibido en su casa, el pasado 4 de mayo.
Resulta que Tony Garnett, de 29 años, abandonó a su mujer después de enamorarse de Sofia Karkadym, la refugiada a la que él y su esposa amablemente le abrieron las puertas de su casa debido a la guerra entres su país y Rusia.
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Lorna, la mujer que quedó sola con sus dos hijos tras la partida de su esposo y la joven de la casa, dijo que tenía sus reservas acerca de dejar entrar a una extraña en su casa en Bradford, West Yorkshire, Inglaterra, pero su amado se mantuvo firme y se unió a grupos de Facebook donde los ucranianos buscaban patrocinadores.
Después de que Sofia, quien huía de los combates en la ciudad de Lviv, se mudara, Lorna dijo que estaba sorprendida de verla usar “tops escotados” y “maquillaje”.
“Puso su mirada en Anthony desde el principio, decidió que lo quería y lo tomó. A ella no le importaba la devastación que quedó atrás. Todo lo que tenía se puso patas arriba en apenas dos semanas”, dijo al diario The Sun.
Según Lorna, la mujer ucraniana no cuidaba su apariencia durante el día, pero se esforzaba mucho en hacerlo más tarde, justamente el horario en que Tony regresaba del trabajo a casa.
“Ella bajaba las escaleras con labios rojos, el pelo arreglado y con un top escotado. Al principio pensé que lo estaba imaginando o que me habían invadido los celos naturales. Pero lamentablemente el tiempo me dio la razón”, advierte con dolor.
Tony, que trabaja de guardia de seguridad en un centro de acogida del NHS (Servicio Nacional de Salud), dijo que la pareja “simplemente hizo clic” y se llevaban muy bien, en parte porque podía hablar eslovaco, que es similar al ucraniano.
Esto dejaba a Lorna sin entender de qué estaban hablando y sintiéndose como extraña a veces. Así sus sospechas solo empeoraron.
En cuestión de días, las tensiones aumentaron. Los acercamientos entre el hombre de la casa y la ucraniana se volvían más frecuentes. Incluso, se quedaban despiertos hasta tarde para ver televisión juntos, mientras Lorna se iba a la cama.
Un vecino advirtió a Lorna que había visto a su esposo y a la refugiada ucraniana hablando muy cerquita fuera de la casa. Fue la gota que terminó por detonar el escándalo.
Lorna no dudó y de inmediato echó a Sofia de la casa. Pero jamás imaginó la reacción de su pareja Tony: “Si ella se va, yo me voy”, respondió tajante el hombre.
Apenas diez días después de la llegada de Sofía, la nueva pareja hizo las maletas y se mudó a la casa de los padres de Tony. Y según medio británicos, ahora la nueva pareja comenzó a buscar una propiedad juntos, a la par de los trámites para el proceso de visa permanente para Sofia.
“Tan pronto lo vi me gustó, y esta es nuestra historia de amor. Sé que la gente pensará mal de mí, pero sucede. Pude ver lo infeliz que estaba Tony”, había declarado la ucraniana al medio inglés.