“Vivo en la casa de mis padres, soy el hijo menor y tengo 35 años. Tengo un trabajo estable, pero mi mamá me pasa llamando todo el tiempo y cuando salgo con mi novia, no me deja en paz. Ella se molesta mucho cuando no llego o no le aviso. Discutimos muchísimo por eso. Lo que me dice es que ella no puede vivir con esta angustia de si llego o no llego, que le tengo que avisar, pero a mí no me da la gana avisarle, entonces, me dijo que mejor que me vaya porque así no se entera de nada”.
1. Desconozco el fondo de su dinámica familiar, pero en algún punto la expresión: “mientras usted viva bajo mi techo, seguirá mis reglas”, define una normativa familiar que está orientada a establecer acuerdos que permitan tener una convivencia tranquila. Sí, quizá su madre no le debería preguntar tanto.
2. Usted es un hombre que está a la mitad de sus treinta y camina hacia los 40 años, tiene un trabajo estable y no está dispuesto a comunicarle a su madre si va a llegar a dormir o no, o si va a estar el fin de semana, así que ella lo que le está pidiendo es que haya un poco de coordinación para no quedarse pensando qué va pasar si si usted viene o no, porque se preocupa. Esto crea un conflicto porque usted no actúa como un adulto. Tiene dos vías, o mejorar la comunicación con ella o aceptar la propuesta y tener su casa o apartamento.
3. En una familia se deben a la información y a el apoyo, no se trata de contar todas sus intimidades, pues usted tiene derecho a la privacidad, pero mientras esté en una lógica de convivencia este tipo de comunicación puede ser una cortesía.
4. Llama la atención cuando los hijos de 30 o 40 años, exigen que nadie intervenga en sus vidas, pero no terminan de asumir su independencia. Hay un llamado a la independencia, hacia la búsqueda de su camino y esto no significa que tenga que romper la relación con su familia, solo debe asumir su propio camino para evitar conflictos innecesarios.