“Mi expareja me pide regresar, pero esto ya ha pasado varias veces. Teníamos un año de no ser novios, solo éramos amigos y salíamos ocasionalmente, pero ahora quiere volver y no sé qué hacer, me da miedo, pues él tiene muchas complicaciones”.
1. ¡Regresar con la expareja! Cuando se construye una historia efectiva, al margen de las razones de una ruptura, siempre queda una huella emocional que supone la posibilidad de volver, pero esto requiere análisis para que regresar signifique una segunda oportunidad y no un capítulo más de una historia disfuncional.
2. Hay rupturas que a veces son precipitadas, algo impulsivas y responden a un momento donde no se tomaron las mejores decisiones. Pero si hay un buen análisis y ambos se dan la oportunidad de crecer e implementar cambios sanos para fortalecer la convicción de estar juntos, esto puede fortalecer la relación.
3. Ahora, si los hechos que motivaron la ruptura están claros, han sido objetivos y responden a un ciclo de complicaciones que no han sido resueltas, sea a nivel personal o de pareja, regresar porque se extrañan, sin resolver temas de fondo, podría tener un pronóstico reservado, ya que se retorna con buenas intenciones con una buena motivación, pero con un grupo de temas o conductas que no se han resuelto.
4. La incertidumbre no puede ser la norma. Regresar implica tener la certeza de que van a estar bien, de que van a resolver e implementar una relación con nuevas bases para que tenga sentido estar juntos, pero si es solo un tema de “lo extraño”, pero no hay transformación, esto puede crear una complicación. Cuando se ha tenido una relación, pretender pasar la página de un momento a otro luego de la ruptura es un tema poco complejo si se evade la realidad que los llevó a la ruptura. Será su decisión, pero si se van a dar la oportunidad hay que trabajar en resolver para poder crecer.