“Mi esposo tuvo un problema con el papá hace unos cuatro años y desde entonces no se hablan, pero el problema es que mi esposo que es muy orgulloso. El señor tenía razón con lo que pasó, pero como él no le habla tampoco deja que mis hijos se relacionen con su abuelo, quien es muy buena persona y noble. Mis hijos tienen 16 y 18 años y antes del Día del Padre fueron a visitar al abuelo, por lo que mi esposo no les habla por eso”.
1. Al margen de lo sucedido, toda la familia debe procurar tender puentes de conciliación y comprensión para resolver cualquier situación, pues cuando se rompen las relaciones por conflictos entre los adultos se crean dificultades en todas las estructuras de relación.
2. Alguno podrá permanecer enojado, pero se deben respetar las diferentes estructuras de relación porque los nietos tienen derecho a tener relación con sus abuelos y esto no está sujeto a la voluntad de los adultos. El relacionarse con su entorno familiar es un derecho de los nietos.
3. El manejo que hace su esposo de bloquear la comunicación y perpetuar el enojo a través del silencio e indiferencia, lejos de crear un sano ambiente origina una dinámica familiar muy compleja. Le corresponde a él analizar y pensar cómo resolver esto y buscar ayuda para aprender a manejar las situaciones.
4. Que sus hijos hayan decidido ir a ver al abuelo no afecta en nada la relación que su esposo tenga con su padre, este es un tema de él y le corresponde respetar el derecho de interrelación familiar que tienen sus hijos.
5. Su esposo requiere buscar ayuda porque la distancia que tomó de su padre no es motivo para someter a los muchachos a un proceso de enojo, silencio e indiferencia. Ojalá se permita buscar ayuda y que esto no afecte más la dinámica familiar y menos la relación de los nietos con su abuelo. El abuelo y los nietos tienen un derecho que pasa por encima de los conflictos personales que se puedan tener.