Melissa Durán jamás olvidará su reciente viaje por Europa, ya que pudo hacer realidad algunos de los sueños que, a sus 37 años, tenía pendientes de cumplir.
Para la periodista y presentadora de tele, el viaje por el Viejo Continente fue memorable, a pesar del sufrimiento que los acompañó durante el vuelo de Costa Rica a España.
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A Europa, Meli viajó con sus papitos, su hermana y su sobrina, y su esposo y su hija Amanda, de cinco años; y fue, precisamente, el retoño de la empresaria quien les robó la paz durante las 10 horas que tardaron en “cruzar el charco”.
Según contó Meli a La Teja, Amandita se enfermó durante el vuelo de ida y pasó vomitando en todo el trayecto por un cuadro viral que, después, les dio a todos, pero en diferentes momentos del viaje.
“Se nos enfermó (Amanda) en el vuelo entre Costa Rica y España. Las 10 horas estuvo vomitando y eso nos hizo bastante largo el vuelo en el sentido de que era verla mal y no poder hacer mucho. Le duró como dos días”, contó Meli a este medio.
Durán repasó ese episodio como parte de las cosas que no olvidará de sus soñadas vacaciones, de las que regresó el fin de semana tras 15 días de un paseo donde vivió algunas experiencias por las que esperó toda su vida.
Melissa Durán con compañía de lujo
Uno de esos anhelos que se le hicieron realidad a Meli fue la oportunidad de viajar con sus papás a otro país, algo a lo que, hasta ahora, le pudo poner el “check”.
“Desde que yo recuerdo, el sueño de mi papá era ir a conocer Europa. A él no le desvelaba ir a Estados Unidos ni nada, era ir a Europa. Era algo que tenía en su lista de deseos y pasó el tiempo, pero el año pasado se dio la oportunidad de planear este viaje y él estaba superilusionado, sobre todo por la posibilidad de ir con sus nietas”, destacó Melissa.
Una vez allá, ver a sus papitos maravillarse con las bellezas que hay en España, Francia, Bélgica, Suiza e Italia –países que visitaron– provocaron mucha felicidad y agradecimiento en la guapa presentadora del noticiero de canal 8, Telediario.
“No solo fue ir allá y conocer, porque yo había ido allá por mi luna de miel, aunque había destinos que no conocía como Italia y Suiza, pero fue ir a descubrir todo eso acompañada de mis papitos. Fue mucha ilusión y más de lo que había soñado. La verdad es que estuvo demasiado hermoso”, refirió Meli.
Melissa Durán se encuentra con la nieve
Otro gran sueño que se le convirtió realidad a Durán en sus recientes vacaciones fue conocer la nieve. La oportunidad la tuvo en la visita que hicieron en Suiza a la montaña Titlis, en los Alpes suizos.
“Era una ilusión de niña que creo que tenemos muchos y conocí la nieve a mis 37 años y ese momento lo viví como si hubiese tenido nueve años. La nieve es algo que uno siempre ve en las películas y queda con esas ganas de saber cómo es realmente y en Suiza fuimos a los Alpes suizos y ahí pude conocer la nieve, tocarla, jugar con ella. Eso fue lo que más me impresionó”, afirmó Durán.
Explicó que quedó impresionada al ver las montañas nevadas desde la lejanía y el paisaje que hay alrededor de eso; luego vio su sueño cumplido cuando tuvo la nieve en sus manos.
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“Me impresionó ver las montañas blancas con nieve y en Suiza, además, está la relación con la fábula de Heidi. Fue mi destino favorito (Suiza), me impresionó completamente ver las construcciones, las casas, las vaquitas con las campanas… Es otro mundo, lindísimo”, reseñó.
De su primer encuentro en vivo y a todo color con la nieve, Melissa dijo: “La verdad a la hora de intentar tocarla es bien fría y no es como uno cree que puede estar ahí por horas, rapidito uno busca con qué calentarse, porque estaba a cero grados y por más que uno lleve la ropa adecuada no está acostumbrada a tal frío”, mencionó.
A pesar del duro clima, Meli no desaprovechó la oportunidad de armar con su familia una guerra de bolitas de nieve, pues su hija Amanda también estaba ilusionada con eso.
“Hicimos guerra de bolas, sobre todo por Amandita que lo llevaba clarísimo, que quería hacer bolas de nieve y tirarlas, y compartir esa ilusión con ella, que espero que no se le olvide, fue sumamente especial”, afirmó.
Meli todavía está ajustando su “reloj biológico” a la diferencia horaria que hay entre Costa Rica y los cinco países europeos que visitó y aunque todavía se queda dormida o se despierta a deshoras, nada de lo que vivió allá se le borrará de su mente y mucho menos de su corazón.
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Sobre por qué al viaje no fueron Valentina ni Maripaz –hijas de su esposo Esteban, que ella ve como suyas– Meli explicó que las jóvenes tenían responsabilidades en sus estudios y que espera planificar un viaje para ellas, así de especial como del que acaba de aterrizar ella y el resto de la familia.