“En Semana Santa se me hace muy difícil porque me toca compartir con los familiares de mi esposo y me caen mal, no me agradan y normalmente nos vamos a pasar unos días a la casa de ellos. Ellos viven en una zona rural y no me importa decir lo que pienso porque no puedo ser hipócrita”.
1. Hay muchos hogares en los que esta escena es típica durante la Semana Santa, pues se aprovecha que se tienen varios días libres para visitar familiares que viven lejos, lo cual promueve la integración como un eje importante de desarrollo emocional.
2. Desconozco si esta sensación que usted tiene se deriva de una percepción suya o de un mal manejo emocional a partir de criterios subjetivos par definir por qué han cultivado usted estos sentimientos. Lo cierto es que van a pasar unos días juntos y la realidad es que se debe procurar la mejor actitud.
3. Puede que en una estructura de integración familiar le toque compartir con personas que le han dejado una huella en el corazón por situaciones que han sido de difícil manejo, pero quedarse únicamente con esta expresión o con un sesgo emocional crea tensión, afecta la integración y le llevan a decir: ‘yo hago caras o digo lo que sea porque no soy hipócrita’, por lo que podría actuar con desdén, reactividad, impulsividad o imprudencia.
· ¿Cuánta capacidad de perdón, aceptación y comprensión tiene usted?
· ¿Es realmente molesto lo que pasa?
· ¿Se ha quedado únicamente con su visión y no ha realizado un análisis más objetivo?
· ¿Considera que no hay oportunidad alguna de crear un diálogo positivo que procure crear una estructura de aceptación, comprensión y tolerancia?
4. Puede que tenga razón, que haya cosas que sean difíciles, pero ayuda mucho programarse en positivo, no tomarse las cosas personal y ya que se va a compartir, procurar la mayor neutralidad posible para no crear mayores tensiones. Esta llamada a revisar su actitud ante una situación difícil para que procure desarrollar mejores actitudes.