En un mes y medio, el actor e ‘influencer’ Boris Sosa ha comprobado que en Costa Rica somos muy infieles, sexosos y arriesgados cuando alguien nos llama la atención o cuando se nos mete el “diablillo”.
Sin querer serlo, Sosa se ha convertido en una especie de “sacerdote” que recibe confesiones de gente que confía en él, sus seguidores saben que él les guardará su secreto por más picante que sea.
Tampoco los juzga y más bien con sus respuestas hace que la vara sea más jocosa y que todos disfruten de lo que se dice.
Resulta que Boris le hizo una pequeña variación al juego de las preguntas de Instagram, en lugar de que le pongan qué quieren saber de su vida, los invitó a que cuenten sus más perversas confidencias. El hombre se ha ido de espaldas al leer varios de los relatos.
Como la mecánica de la red social ayuda a que solo la persona que hace el juego sepa quién es el que la escribe, muchos se han destapado.
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Los más de 31 mil seguidores del “primo” de Maikol Yordan en las cintas de la 1/2 Docena, ya saben que si hay algo que los inquieta y quieren contárselo a alguien, los martes y viernes en la noche pueden contar con Boris.
– ¿Cómo inició con las confesiones?
Hace como un mes y medio pensé en hacer algo diferente, ya el juego de las preguntas existe hace mucho y lo había probado, pero nadie quería saber nada de mí, entonces le di vuelta por el lado de las confesiones y resultó muy gracioso, la gente se empezó a apuntar bastante.
– ¿Qué se ha encontrado?
Lo primero es que no me imaginaba que éramos tan así, no les importa que sean todos contra todos, porque la gente cuenta que se metió con el jefe, con el esposo de la amiga, con la novia del mejor amigo, con el profe.
– ¿Su idea era que las confesiones fueran tan picantes?
En realidad no, en un principio lo que quería era mover un poco el perfil de Instagram, pero ellos mismos lo han ido agarrando por el lado sexual y yo solo hago aportes. Trato de ir hilando como una historia entre todos para que se haga divertido.
– ¿Ha habido algún caso que le genere mucha curiosidad y tenga que preguntar en privado más detalles?
La mayoría me dan mucha curiosidad, pero intento mantenerme al margen porque tampoco quiero que vayan a arrepentirse de lo que me contaron, con los aportes que yo doy, que son cómicos, trato de que sientan que no juzgo, a lo que me cuentan solo le busco el lado vacilón.
También hay gente que me pide el contacto de la persona que hizo la confesión. Una vez un mae me puso que llevaba cinco meses sin tener sexo y lo compartí, y al rato otros me estaban preguntando que quién era, sin saber que era hombre porque guardo la identidad y el género de la persona.
– ¿Cada cuánto lo hace?
Los martes y viernes. Me hace gracia porque la gente viene del fin de semana y como algunos se portaron mal quieren contarlo. De hecho los miércoles en mi programa (La Red de Boris, en 979) tiro tardes de confesiones y ya la gente se está apuntando y los viernes he notado que es un buen día porque hay mucha gente conectada.
– ¿Qué análisis ha hecho de todo eso que le cuentan?
Que es un como una especie de liberación, al final la gente está deseando confesar, que sepan sus secretos más oscuros, pero que no sepan su identidad. He visto que son más las confesiones de infidelidades de mujeres, muchas de ellas están insatisfechas porque la pareja le da más importancia al teléfono que a ellas
– ¿Qué pasa si le hacen una confesión de un crimen o algo pasado de tono?
Yo trato de tener un buen filtro, publico las vacilonas y hay otras que mejor no, igual no sé si son ciertas, pero por noche me llegan unas 150 confesiones que al final terminan viendo más de 15 mil personas.
– ¿Por qué cree que le tienen la confianza de contarle semejantes secretos?
Porque la gente ha entendido la dinámica, la estrella es la confesión y no yo. Saben que se les va a publicar la confesión y que todos van a disfrutar con lo que se comparta.