Una de las cosas de las que más se arrepiente la presentadora Maureen Salguero, más conocida como la Tía, es de haber probado el cigarrillo y que se terminara enviciando durante 12 años.
Este martes se celebra el Día Mundial contra el Fumado y tanto ella como su familia son los más felices de que hace 22 años se fumara su último cigarro y dijera, “nunca más”.
La Tía nos contó cómo fue su vida cuando tenía el vicio, con la intención de crear conciencia de que se puede dejar de fumar.
- ¿Hace cuánto fue que fumó por primera vez y por qué?
Yo fumé de los 18 a los 30 años, prácticamente como que agarré cédula y de una vez prendí mi primer cigarrillo. Tenía un novio que fumaba en aquel momento y él me ofreció la primera jaladita y ahí me quedé.
En periodo yo tuve a Ariel y a Daniela (sus hijas), entonces, yo sabía que estaba embarazada y dejaba de fumar y apenas se me secaba la leche volvía a agarrar el cigarro. Fue una cosa horrible y así fue con los dos embarazos.
- ¿En su familia nadie más fumaba?
Papi (don Daniel Rodriguez) fumó muchos años y cuando se murió Chungaleta (Antonio Meléndez, pionero de la televisión nacional), que era un programa que mami veía siempre, le pregunté que de qué había muerto y mami me dijo: “de fumar”, y como yo sabía que papi fumaba, yo dije, “¿se me va a morir mi papá?”, yo estaba chiquitica e hice una asociación directa de, fumar es morirse, y ese día que mi papá llegó a la casa me fue a saludar a la cama y le volví la cara. Mami le explicó que yo estaba enojada porque fumaba y que yo pensaba que se iba a morir como Chungaleta, entonces, papi dejó de fumar por mí. Imagínese lo que fue para mis papás verme a mi a los años agarrar un cigarro.
- ¿Qué la hizo dejar el vicio?
Ariel tenía cinco años y Daniela dos años cuando, según yo, fumaba en la cochera para que no les afectara a ellas, y estando ahí vi que venía una vecina y para no importunar a la gente con el cigarrillo, lo apagué en una carrera y nos quedamos hablando, en un momento que me distraigo de la vecina vuelvo a ver a Ariel con la chinga de cigarro que yo acaba de apagar en la boquita, cuando yo vi eso yo dije, “ok, suave un toque. No puede ser que yo piense que soy una mujer inteligente y que quiera ser la buena mamá que quiero para mis hijas si esta es la consecuencia del ejemplo que yo estoy dando”.
Para cuando eso yo estaba en teatro y recuerdo que todo el elenco fumaba y recuerdo que le dije a Carmen Chinchilla (Elvirilla): “Carmencita, voy a dejar de fumar, ¿se apunta?”, y ella me dijo, “me apunto”, y le dije, “este jueves (en abril del 2000) es el último día en toda mi vida que vuelvo a fumar”; también hablé con el elenco y les dije que ocupaba que me ayudaran para que solo una persona fumara a la vez, porque sino iba a ser una fumadora pasiva.
Ese jueves agarré el paquete que tenía como con diez cigarrillos y los boté a la basura, tenía un encendedor Zippo todo lindo y lo regalé y hasta el día de hoy nunca más volví a tocar un cigarrillo.
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- ¿Le dio ansiedad o algún tipo de efecto por dejar de fumar?
Yo sé lo que es acostarme a dormir y fumar todo el sueño, apagar uno y prender otro, pero yo creo que la motivación de que mis hijas fueran la causa bastó para que yo no sintiera nada.
Eso sí, en mi cabeza yo decía, “¿qué voy a hacer ahora después de almorzar?”, porque hay hábitos que no se quitan, imagináte que una de las pruebas de fuego fue que para ese entonces se murió mi abuelita y lo que fue pasar la vela con frío y sin prender un cigarrillo, ahí fue cuando dije, “ya lo logré”.
- ¿Cuántos cigarros se fumaba al día?
Creo que llegué a fumarme un paquete por día, así de grave. Recuerdo que mi mamá me pegaba fotos de calaveras en el cuarto y me decía, “vea, fumar adelgaza”.
- En aquel entonces era muy común tener este vicio para estar a la moda...
En aquella época olvidate de las prohibiciones, recuerdo fumar mientras compraba el diario, o recuerdo fumar en el avión, cuando uno agarraba los últimos asientos para poder fumar, fumaba en todo lado porque no había restricciones de ningún tipo y estaba normalizado, no había la conciencia que hay ahora. Y sí, era como ‘cool’, además, yo pertenecía al gremio del teatro y esa vida un poco bohemia implicaba tomarse un vinito y prender el cigarrito.
La gente antes salía fumando en las películas, en los videos, se asociaba el fumado con lo artístico.
- ¿Alguna vez recayó?
Nunca. Yo apagué ese cigarro ese jueves de función en abril del 2000 y nunca más, nunca más en mi vida y ahora repudio el olor del cigarrillo, que la gente fume cerca mío, me prometí que nunca iba a besar a alguien que fumara, nada, el cigarro y yo somos enemigos.
- ¿Qué consejo le daría a los que aún siguen luchando contra el vicio?
Dejar de fumar implica un esfuerzo conciente muy difícil, no es fácil, pero sí les diría que se replanteen las razones por las que lo hacen, que piense si hay algún vacío que llenan con el cigarrillo y que si lo ha intentado y no lo ha logrado solo, que ahora más que nunca hay grupos de apoyo y tutoriales en el mundo del internet, hay muchos recursos que en mi época no había y que les aseguro que les va a cambiar la vida para bien, no solo a ellos, sino a la gente que los rodea.
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