La exreina de belleza Marisol Soto sigue dándose la buena vida al lado de su hijas en Dubái, donde está desde finales del año pasado.
Allá han hecho de todo, bueno, casi de todo, porque se quedaron con las ganas de saltar en paracaídas, lo cual dejó muy triste, al borde de las lágrimas, a la directora de Señora Costa Rica.
Según contó en sus redes sociales, quedó con el corazón roto debido que a no pudieron hacer esa actividad debido al mal tiempo.
“He esperado muchísimo por este sueño pero aquí me voy a quedar. Me dijeron que si me quería ir, que reembolsan el dinero, pero yo voy a seguir aquí”, comentó.
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Mari incluso casi que le rogó entre lágrimas a una de las personas encargadas para que la dejaran tirarse, pero no hubo manera de que le dieran pelota. La cosa no es como aquí.
“No saben cómo me siente, acabo de llorar ahí, pero no voy a hacer un drama, dicen que me devuelven la plata o podemos reagendar para la otra semana, pero en esa fecha yo estoy en Costa Rica. Yo le pedí a Dios que si algo no estaba bien, que no saliera, pero nunca imaginé que eso iba a pasar, estoy supertriste”, aseguró Soto.
Aún así, esperó por más de cinco horas, hasta las seis de la tarde ( hora de Dubái) para ver si se le daba el milagrito y le abrían un campo, pero eso nunca llegó.
“Llegaron a decirnos a los tres que nos habíamos quedado, que nos devolvían la plata inmediatamente y que quedábamos en una lista de espera que nos pueden llamar. A mí solo me quedan dos días y yo lo veo difícil”, explicó.
Lo único que medio le subió el ánimo fue ver a los instructores de saltos, que según ella estaban guapísimos y uno de ellos hasta le cerró el ojo, lo que le sacó una sonrisa en medio de la agüevazón que se tenía Marisol.