Una maestra colombiana a la que entregaron un trabajo hecho en lenguaje inclusivo se ha vuelto viral debido a la sorprendente reacción que tuvo.
La docente describe que “obviamente” los calificó con un 1 y para poder recuperar la materia les pidió hacer una pequeña exposición.
Sin embargo, la solicitud de la profesora distaba mucho de lo común, una tarea hecha en lenguaje de señas para poder recuperar la materia, según cuenta Clarín.
La polémica no tardó en dispararse en las redes sociales, entre usuarios que apoyan a la docente y otros que la cuestionan por su comentario.
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Sara Vanessa Cárdenas especifica en su descripción de Twitter que “los sucesos y personajes retratados en esta cuenta son completamente ficticios”. Por ello, no se sabe si se trata o no de un caso real o más bien una historia ficcionada. Sin embargo, su publicación provocó un debate interesante sobre el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas.
El lenguaje inclusivo, que modifica las últimas vocales de las palabras, “o” u “a” y las cambia por “e” o “x” fue calificado por muchas personas como una señal de ignorancia. Sin embargo, desde la Organización de las Naciones Unidas se dio orientaciones para el uso de un lenguaje más equitativo en cuanto a género.
La Real Academia Española (RAE) calificó como “innecesario” la utilización del lenguaje inclusivo, tras una consulta que realizó una usuaria a través de Twitter bajo el hashtag #dudaRAE, el canal a través del cual la institución recibe preguntas sobre la lengua.
“Decir chiques o todes a cambio de chicos y todas es un idiotismo?”, preguntó una usuaria vía Twitter, a lo que la cuenta @RAEinforma respondió: “El uso de la letra ‘e’ como supuesta marca de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario, pues el masculino gramatical (‘chicos’) ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género”.
Reacia a las transformaciones gramaticales, la Real Academia Española suele manifestarse en contra de estas formas cada vez más extendidas, aunque, como sostuvo hace un tiempo su director Santiago Muñoz Machado, no “está cerrada” a esas aperturas cuando “sean razonables, no lesionen el idioma y mantengan su belleza y sobre todo su economía”.