Con 35 minutos de retraso inició el esperado concierto de Luis Miguel ante un público que lo ovacionó a más no poder.
Con un impecable traje negro y una sonrisa blanca como su camisa saltó al escenario el llamado Sol de México, acompañado de una impresionante Luna llena que al final brilló mas que su actuación.
El mexicano se notaba feliz de estar de nuevo en Costa Rica, luego de 15 años de ausencia y en sus primeras dos canciones no dejó de bailar y demostrar una calidad de vocal impresionante. Cada vez que podía alejaba el micrófono de su boca y coqueteaba con el público que lograba ver en las primeras filas.
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“Si te vas” y “Solo tú” se las cantó completicas, ya para la tercera pieza, que fue “Amor, amor, amor” le dio oportunidad al público de cantar con él por ratitos para írselos echando a la bolsa de a poquitos.
Empezó con brillo, pero su luz no fue tan potente
Conforme fueron pasando las canciones el famoso Sol se fue opacando en el escenario y contrario a sus otras presentaciones, como ocurrió en Panamá el martes anterior, el sonido fue perfecto.
“Muy buenas noches, gracias, bienvenidos. Gracias por su compañía. Gracias de corazón”, fueron sus primeras palabras mientras sonaba la introducción de “Por debajo de la mesa”, con la que puso a todo el estadio a cantar porque él solo se mandó un pedacito.
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Su luz se fue apagando, al ser las 8:10 p.m. hizo su primera pausa, no supimos que estaba haciendo porque el escenario quedó a oscuras.
Los chiflidos de la gente no se hicieron esperar, ¿y cómo no?, si de seguro más de uno pensó que no iba a salir por tanto que se habló de sus presentaciones pasadas.
Eso sí, regresó a los cinco minutos para hacer un pequeño popurrí de canciones poco conocidas y en más de una ocasión se vio donde le pedía a sus músicos más sonido, pues no dejaba de mover su mano derecha de arriba hacia abajo.
Después se vino “Culpable o no” y todo parecía volver a la normalidad; sin embargo, cuando llegó el momento de cantar “Te necesito” que era la que seguía, su luz bajó de intensidad.
Para empezar la canción no la cantó completa, parecía como si no se supiera la letra y para disimular hacia tonos altos de voz como para que el público viera que aún puede seguir pegando sus gritos como antes.
Pausas muy largas
Luis Miguel volvió irse a las 8:35 p.m., quizá para agarrar más aire porque seguía en su lista de canciones “Hasta que me olvides”, esa sí trató de cantarla completica con ayuda del público.
Así lo hizo con “O tú o ninguna” y “Palabra de honor”, pero pese a ello se notaba que no estaba muy conforme con sus músicos o el sonido porque nuevamente se le vio haciendo gestos de que le subieran el audio.
Otro punto a destacar son las grande pausas que hace entre canción y canción, duró más de un minuto con las luces apagadas para volver con la siguiente interpretación.
Lo que si no se discute es la calidad vocal que aún tiene a sus 48 años, pues en más de una ocasión solo hacia sus famosos gritos acompañados de las pataditas que hacían recordar al Luis Miguel de los años noventa.
Y como para el final siempre se deja lo mejor, el artista terminó de endulzar a su público, que por fin se puso de pie y hasta bailó, con piezas mas conocidas como “Cuando calienta el sol”, “Isabel”, “Historia de una amor”, “La barca” o “Será que no me amas”.
Una probadita
El grupo Los Tenores se encargó de calentar el ambiente previo; sin embargo, para el momento en que salieron (las 6 p.m. en punto) el estadio estaba vació, pues muchos de los asistentes apenas estaban llegando o venían de camino.
Los nacionales cantaron cerca de 15 minutos, donde hicieron un pequeño homenaje al grupo Gaviota y al Príncipe de la canción, José José.
Como es costumbre en ellos demostraron una calidad vocal impresionante, lastimosamente fueron muy pocos los aplausos que recibieron.