Por primera vez (esperamos que de muchas), La Teja estuvo presente en la final de Miss Universo, que se realizó en México el sábado anterior, bajo la mirada de más de 200 medios de comunicación de diferentes países.
De hecho, vamos a comenzar por ese lado, que quizá fue lo más feíllo o complicado de la cobertura.
Resulta que este año, según nos comentaron algunos periodistas que ya han estado en otras ediciones, cambiaron la manera y las personas que organizaban a la prensa, y pareciera que les quedó muy grande el evento.
Poca comunicación y a destiempo, así como malinformación y mucha apatía a la hora de echar una mano, todo eso fue pan de cada día.
Con decirles que dieron la clave del WIFI de la Arena Ciudad de México hasta el puro final, ya les contamos todo. No sé si fue por cuidar la imagen de las candidatas o porque simplemente los encargados de comunicación eran bien chapas, pero realmente no la dieron.
Eso sí, en este tipo de coberturas hay que sacar el colmillo y a eso apelamos, pues estuvimos presentes tanto en el hotel donde estaban hospedadas las chicas, quienes mandaron algunos saludos a Costa Rica, y también pudimos estar en la preliminar y en la final, en un buen asiento, cuando se decía que la prensa lo vería en una sala por televisión, así fue para algunos menos vivillos.
En la alfombra roja, figuras como Emilio Estefan, Sheynnis Palacios y el italiano Gianluca Viachi mandaron saludos a nuestro país.
De igual manera, la experiencia profesional fue muy rica y pudimos traerles muchas imágenes que no se vieron por televisión.
De todo en México
En cuanto al viaje y a la experiencia cultural, podemos decir que fue una mezcla de todo.
Volamos desde el lunes y nos hospedamos en el hotel Fórum Buenavista en Ciudad de México.
En el país azteca hay que armarse de mucha paciencia porque la gente, pero sobre todo el tráfico, hace que las distancias y los tiempos para llegar sean mayores aunque sea para ir a comer.
Pudimos conocer lugares muy bellos como el Castillo y el zoológico de Chapultepec, el Zócalo, el monumento al Ángel de la Independencia, el Palacio de Bellas artes, que por fuera es hermoso, pero por dentro me quedó debiendo.
Visitamos varias taquerías, la gente por lo general recomienda las de la calle, pero tratamos de no comer mucho ahí por aquello de un mal de panza. Igual, no nos quedamos con las ganas de probar.
Una taquería que nos voló la cabeza fue la de Orinoco, en la colonia Roma Norte, ahí todo es delicioso, por algo se hacían unos filones para ingresar. Por dentro parecía la fonda de doña Florinda, pero en comida fue lo mejor que degustamos. Debo agradecer a una amiga por la recomendación.
También, probamos en la calle las famosas aguas frescas del Chavo del 8, aquellas que son de piña, parecen de Jamaica y saben a tamarindo.
La que pedimos era de pepino con limón y chía, y puedo decir que es de los refrescos más deliciosos y, valga la redundancia, refrescantes que he probado en toda mi vida.
A partir de ahí, me di cuenta que el pepino en refrescos es delicioso, luego lo volví a pedir en un restaurante donde le pusieron tajín al borde del vaso y también fue sabroso. En otro lugar nos echamos un cantarito, que incluye tequila, jugo de limón, de naranja y el mismo tajín. ¡Riquísimo!
El elote se vende en la calle y también es sabroso, pues le echan una salsa medio picantita y una especie de queso y le da un sabor más que particular.
LEA MÁS: Preguntamos en México qué conocen de Costa Rica y respuestas nos dejaron sin palabras
Con los desayunos fue todo un tema porque además de huevo, en el hotel se comía carne con papas, chicharrón al estilo mexicano que es como una pasta, frijoles y algunos guisados de zucchini, chayote, zanahoria, no muy apetitosos para comer en la mañana, así que fuimos a la segura con huevos y tostadas, ¡cómo extrañamos el pinto!
Sufrimos un toque con el tema del smog, que si bien es mucho menos que en años anteriores, todavía golpea un poco a los que tenemos pulmones (y corazón) puro, porque nos dio un poco de alergia, pero nada que no se pudiera manejar.
El calor estuvo muy presente en el viaje, especialmente en zonas donde hay mucho tráfico y pocos árboles. En lugares un poco más finolis como Polanco y Roma Norte o Sur, ahí “cambea” la cosa, se siente más fresquito el asunto.
LEA MÁS: Elena Hidalgo, miss Costa Rica, ni calentó en Miss Universo y vio coronarse a Miss Dinamarca
La gente, podemos decir, que es sumamente amable y respetuosa, con todos los Uber echamos conversación, aunque sí comprobamos lo que les contamos en una nota anterior, que de Costa Rica saben poco y nada, ni siquiera dónde estamos ubicados, lo que habla bien de la educación en geografía del tico que, por lo general, sabe dónde quedan la mayoría de países.
En cuanto al tema de precios, creo que los que piensan que México es un destino barato se quedaron en el pasado, porque ya no es tanto, si comparamos con Tiquicia es más económico, pero tampoco es para ponerse a celebrar.
En general, podemos decir que un viaje muy bonito, de carreras y de paciencia al andar de un lado a otro, pero que al final se sacó la labor.
Como recomendación, para ir a México hay que ir con tiempo, hidratarse bien, llevar o comprar algo para los labios que se secan demasiado y animarse a usar el Metro Bús, que ahorra mucho tiempo y evita no andar tanto en presas, para la próxima ese será nuestro medio seleccionado.
Nosotros fuimos gracias a los amigos de DM Viajes, así que si usted quiere ir a México o algún otro destino, se los recomendamos totalmente. Este es el Facebook para que los contacte, les dice que van de parte de La Teja para que los traten mucho más tuanis: https://www.facebook.com/DMViajes