Una señora de 78 años y quien está hospitalizada, le escribió, desde su camilla, una carta a Montserrat del Castillo, luego de que la presentadora de canal 7 dijera el miércoles que recibe comentarios horribles en redes por cómo luce su nariz.
La seguidora de Del Castillo le hizo llegar la carta a Teletica y este jueves, en el programa De boca en boca, el periodista Diego Piñar leyó en vivo el emotivo escrito, que golpeó el alma de la guapa figura de canal 7. También en el sitio web de Teletica, se difundió el escrito.
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Este viernes, Montse confesó que la carta significó muchísimo para ella por todo lo que hubo alrededor del gesto.
“La carta de doña Ana fue algo que no me esperaba. Sacar el tiempo, escribirla, mandarla al canal, querer que la leyera al aire… Me impactó demasiado y, tal vez, lo necesitaba y no me daba cuenta”, afirmó Montse este viernes.
Pero, ¿qué decía la carta? Léala completa, a continuación.
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Querida Montse,
Te escribe una mujer que está viendo la vida desde su último rincón: una cama de hospital. Me llamo doña Anita, tengo 78 años, y aunque sé que me queda poco, no podía irme sin decirte algo que espero toque tu corazón como tú tocaste el mío.
Hoy vi tu testimonio, y no pude evitar derramar unas lágrimas por ti... pero no de tristeza, sino de empatía y admiración. Montse, tú eres hermosa, no por cómo luces, sino por cómo sientes, cómo amas y cómo sigues adelante a pesar de las críticas.
Desde aquí, mientras siento que mis fuerzas se van apagando, me atrevo a pedirte algo: no dejes que las palabras crueles borren la luz que hay en ti. Sé que es difícil, más cuando llevas a tu pequeño Jona de la mano y temes que el mundo lo mire con los mismos ojos con los que a veces te miran a ti.
Pero, ¿sabes qué? Lo que realmente importa no es lo que los demás piensan, sino la historia que tú le estás enseñando a vivir.
Ese niño, Montse, no verá en ti una nariz, verá una madre que nunca se rindió, verá una mujer que se levantó una y otra vez, que le enseñó a caminar con dignidad, aunque el camino estuviera lleno de piedras. Tú le estás mostrando que el verdadero valor no está en la perfección, sino en la fuerza con la que enfrentamos las imperfecciones.
En mis 78 años aprendí algo que quiero regalarte hoy: cuando la vida te pone pruebas, no es para hundirte, es para que veas lo alto que puedes llegar. Yo, aquí, en mi agonía, no pienso en las burlas que recibí, en las veces que me señalaron. Pienso en las manos que sostuve, en los ojos que hice brillar, en las veces que amé sin miedo.
Montse, sigue amando sin miedo. Sigue caminando con Jona, que él verá en ti a su heroína. Las balas son solo ruido, pero tu amor, tu valentía y tu humanidad son lo que realmente resonará en su corazón.
No te conozco, pero siento que te quiero. Y desde este rincón donde el tiempo se mide en recuerdos, quiero que sepas que estoy orando por ti. Porque el mundo necesita más almas como la tuya: auténticas, sensibles, reales.
Sigue adelante, Montse. Yo, doña Anita, te dejo estas palabras como un último susurro de esperanza.
Con todo mi cariño,
Doña Anita.