Uno de los toreros improvisados más populares regresa a las corridas de fin y principio de año luego de salir de la cárcel.
Se trata de Laisa, quien volverá a hacer de las suyas en un redondel, tras pasar más de seis años en la cárcel.
Paterson Esquivel, creador de este famoso personaje de la familia torera, salió libre hace seis meses bajo el régimen de firmar cada semana mientras concluye su sentencia.
Uno de sus grandes deseos al salir era volver al ruedo y desde este 25 de diciembre hasta el 8 de enero estará en Toros a la Tica, en el redondel de Pedregal, cuya transmisión estará a cargo de canal 8.
“Yo trabajo directamente con Roberto Camacho (dueño de Toros a la Tica), él siempre ha confiado en mi trabajo y él no me señaló, todo lo contrario, él más bien me brindó trabajo y casa para poder salir de la cárcel”, mencionó.
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Aunque en estos últimos meses lo han invitado a eventos taurinos en diferentes pueblos con el grupo Sensación Taurina, para Laisa no hay como las corridas de diciembre por lo que dice estar “muy feliz y motivado” porque los toros son su pasión.
“Cuando me estaba maquillando como Laisa, después de tantos años por mi situación, yo temblaba, pero temblaba como si fuera la primera vez que me le iba a meter a un toro, que eso ocurrió en 1995, así me sentía, hasta el sombrero me temblaba, y yo decía: ‘¿será que me acordaré?’. Apenas salió Laisa y el narrador pidió las palmas del público, la gente se puso de pie y no podía creerlo, pasaron los años y la gente sigue sintiendo ese cariño por el personaje”, contó al recordar cómo ese momento en que se volvió a poner la peluca fuera de las rejas.
Paterson recordó que su amor por las corridas las heredó de su abuelo Mario Estrada Madrigal, quien era el que hacía de policía en la primera familia torera que existió en el redondel de Zapote hace más de 70 años.
Más producido y más vacilón
Todo este tiempo fuera de la arena le sirvió al improvisado para prepararse mejor y hasta transformar un poco su querido personaje, el cual ya no usa su famosa cabellera anaranjada, ahora anda una peluca negra, que fue como se dio a conocer hace más de 20 años.
El colorete en sus ojos y en los cachetes no pueden faltar porque ese es el maquillaje que siempre lo ha caracterizado.
Laisa regresó con tanta fuerza que ahora tiene un grupo de colaboradores detrás que lo ayudan a realizar de una mejor manera su trabajo dentro del redondel.
“Ahora tengo un maquillista, un encargado de peluquería, de lo que son los trajes, uno que me ayuda con las muletas y rótulos de la publicidad y, uno que es indispensable es mi hermano, Robert, que es el encargado de plaza, él es el que me dice los tiempos, los chistes, qué tengo que hacer porque ahora montamos el Laisa Show y vamos donde nos contraten”, mencionó.
A la fecha cuenta con más de 28 trajes diferentes que se los hace una costurera amiga, pues ahora prefiere lucir distinto en cada corrida.
Además, contó que lleva cuatro meses preparando unos actos de comedia para hacer reír al público en la gradería.
“La gradería entre más loca se ponga, más loca se pone Laisa”, advirtió.
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Laisa no solo es hacer reír a la gente sino que también es un ángel guardián dentro del ruedo de los demás improvisados”
— Paterson Esquivel, Laisa
Pesa más la pasión
Mientras estuvo encerrado en La Reforma el humorista ideó un nuevo personaje al que bautizó como “Superhorse” (supercaballo) y el cual fue inspirado en algunos privados de libertad con los que compartió celda.
Dicho personaje espera mostrarlo al público más adelante, quizá en las corridas del 2023, porque lo está terminando de pulir.
“Es un personaje supertico, es como un superhéroe pero de los barrios bajos, chusmititica el cabrón, pero este personaje fue sacado de la cárcel. Yo vi el caminado de cierto privado de libertad, la forma de hablar de otro, la forma en que mueve los brazos otro privado de libertad, así que es formado y dedicado a los privados de libertad”, adelantó.
Actualmente, Paterson trabaja de lunes a viernes para una empresa recicladora de aparatos electrónicos en la zona franca de El Coyol de Alajuela. Además, por las noches imparte clases de artes marciales mixtas en un gimnasio.
“Cuando salí le pedí a mi Jehová, a mi ser supremo, ‘repáreme bastante trabajo porque ahora quiero comerme no lo que la gente quiera darme, quiero comerme lo que yo quiero comerme y me pueda comprar y hasta el día de hoy así es’, hoy cuento con tres trabajos y los hago con mucha mucha rectitud”, dijo.
Su gran pasión
Aunque una vez el famoso toro El Coloradilla casi lo mata en el redondel de Zapote y lo mandó al hospital con la clavícula y mandíbula quebrada, sin dos muelas y con el muslo partido para él no hay nada mejor que estar en la arena de un redondel.
“Es más la pasión. Dios a mi me dijo: ‘usted todavía tiene muchas vidas que salvar y mucha gente que tiene problemas que necesita reír, entonces, todavía vas a seguir en la arena’”, aseguró antes de aclarar que aún no piensa en retirarse.
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