Ganarse la vida como modelo parece exponer a algunas de las mujeres que ejercen el oficio a riesgos muy altos.
Con la muerte de Raquel Gamboa Mora, de 25 años, ocurrida el martes anterior en Alajuelita, ya son seis las modelos asesinadas en Costa Rica en los últimos siete años.
“Rake”, como le decían de cariño, viajaba con el rumano lonut-George Otelac, de 38 años, quien tenía antecedentes por narcotráfico y tres meses antes había sido baleado en una pierna en Tibás. Ambos murieron el martes al costado norte del parque de Alajuelita, donde fueron atacados desde una moto que los seguía.
Un estilo de vida de lujos y chineos coloca a algunas de estas jóvenes en situaciones de mucho riesgo.
El criminólogo Gerardo Castaing opina que la pérdida de valores morales y éticos ha hecho que muchas modelos decidan vincularse con personas que se mueven en mundos turbios, algo que ellas a veces desconocen.
Según Castaing, años atrás los padres de familia solían cuidar más a sus hijas cuando se metían en el modelaje y en reinados de belleza por el temor al qué dirán, pero ahora muchas se valen de este oficio para ocultar lo que en realidad están haciendo u obteniendo.
“Estamos pasando a una sociedad industrializada donde se adquiere el anonimato y la liberalidad en la vida de las personas, hay menos responsabilidad en cuanto a los actos, no hay tantos valores morales que nos hagan restringirnos en cuanto a ciertas situaciones a nivel general, tanto a hombres como a mujeres”, señaló.
Otro factor que, según Castaing, lleva a estas muchachas a meterse con delincuentes es que llegan a conseguir a admirarlos al ver que ellos manejan grandes sumas de dinero, que gastan sin restricción y que se mueven en carros lujosos.
Además, el andar con ellos genera que estas jóvenes también adquieran cierto grado de importancia en el ambiente en el que se desenvuelven.
“Buscan a estos hombres para destacar como mujeres arriesgadas, aparte de que van a disfrutar de mucho dinero y algunas veces hasta terminan formando parte del mundo de las drogas, como ha ocurrido en México, donde los narcos las buscan para lograr un estatus más alto que otros narcos o, por lo menos, les sirven de mampara para realizar estas actividades ilícitas”, explicó el criminólogo.
Un mundo oscuro
Alexandra Núñez tiene más de 15 años de ser modelo y opina que su profesión ha cambiado mucho con el tiempo y que se ha convertido en un trampolín para muchos negocios oscuros.
Asegura que ahora hay muchachas que dicen ser modelos para prostituirse o se vuelven como las famosas “muñecas de la mafia” de las novelas colombianas y que esas terminan afectando la reputación de las demás.
“Este ambiente se presta para que lleguen personas a hacer diferentes tipos de ofrecimientos. Uno está en una exposición y se acercan y dicen: ‘mirá, llamame en la noche, tengo un ofrecimiento muy bueno’ o ‘¿qué te parece si me dedicás media hora de tiempo y te doy mil dólares’. Hay un montón de ofrecimientos así, uno se queda impresionado de ver el descaro de muchas personas”, dice.
Para Alexandra es muy doloroso ver cómo cada vez más aparecen mujeres jóvenes asesinadas. Cree que tal vez no les importó arriesgar su vida con tal de tener ciertos lujos y espera que casos como el de “Rake” Gamboa sirvan de lección para muchachas que estén pensando hacerlo.
“Es muy triste ver a un montón de jovencitas que con tal de operarse, andar en un carro del año, que las estén llevando de viaje y demás, prefieren arriesgar su vida, ya sea porque quieren andar con una persona con vínculos con la droga o porque ellas mismas sirvan de mulas, se ponen a vender (droga) o simplemente quieren prostituirse”, mencionó.
Paola Ramírez, quien tiene más de 15 años de modelar y trabajar para marcas como edecán, piensa parecido a Alexandra.
Ella cree que la edad y la inmadurez de algunas mujeres las convierte en un blanco fácil para narcos, que las seducen con detalles materiales que ellas no pueden costearse porque quizás no estudiaron y no consiguen trabajo.
“Les muestran un mundo de cosas fáciles, las pasan conquistando con regalos y cuando no se tiene madurez emocional pues cualquier persona se deslumbraría. La misma inmadurez, o la avaricia, hacen que no comprendan que detrás del dinero fácil y de todo ese mundo oscuro no hay nada que valga sacrificar la paz, la seguridad y la tranquilidad de una persona y su familia”, dijo Paola.
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Seguidos desde Guatemala
Fue el 8 de noviembre del 2012 cuando se empezó a evidenciar el peligro al que están expuestas algunas modelos.
La noche de aquel día ocurrió el asesinato de Pamela Céspedes Segura, de 29 años y quien recibió varios disparos cuando viajaba en su vehículo (ella manejaba) en compañía del guatemalteco Sigifredo Fernández Sierra, de 52 años.
La pareja había llegado al país ese mismo día procedente de Guatemala y viajaba por la ruta 27 en el sentido que lleva a Caldera. A unos 3 kilómetros del peaje de San Rafael de Alajuela fueron interceptados por los atacantes y los dos fallecieron dentro del carro.
Los agentes judiciales determinaron que el guatemalteco, quien tenía el rango de coronel, estaba siendo investigado en su país por el delito de lavado de dinero y por tener lazos con el narcotráfico.
Pamela tenía varios años como edecán (promocionando productos en eventos) pero se había ido a trabajar de modelo a Guatemala, donde había conocido a Fernández.
El entonces director del OIJ Francisco Segura dijo en abril del 2013, tras terminar la investigación del caso, que se trató de sicariato internacional. Los responsables de disparar contra la pareja la seguían desde Guatemala y dejaron Costa Rica horas después del ataque.
Asesinada frente a las hijas
En el 2015 se dio a conocer que la modelo colombiana Brenda Ríos Franco, de 29 años y quien vivía en Costa Rica, había sido asesinada en su natal Valle del Cauca.
La bella modelo andaba visitando a su familia con sus hijas de 4 y 6 años. La tarde del 14 de julio de 2015 fue asesinada cuando volvía con las chiquitas y su madre en un vehículo que le habían prestado.
La Policía colombiana informó a la prensa local que el exnovio de Brenda (un colombiano) habría participado en el crimen molesto, supuestamente, porque ella decidió terminar la relación sentimental con él y empezar con un tico.
Triste final en Parrita
El 11 mayo de 2017 fue asesinada la modelo Isamar Córdoba Ramírez, de 26 años.
El cuerpo de la “Chiquis”, como le decían de cariño, apareció apuñalado y atado de pies y manos en una siembra de sandía en Barbudal de Parrita.
La investigación hecha después permitió saber que un hombre de apellidos López Rojas la había contactado por redes sociales para pedirle que le celebrara su cumpleaños y ella accedió. Poco antes de morir había publicado una foto en su perfil de Facebook y contaba que iba en bus hacia Quepos.
López fue condenado a 90 años de cárcel el 26 de octubre de 2018 luego de confirmarse que no solo asesinó a Isamar sino que tres meses antes acabó con la vida de Anacedy Salazar Carrillo, de 35 años.
La Policía dijo que el hombre actuaba como un asesino en serie y que mataba en fechas especiales como el Día de los Enamorados o su cumpleaños.
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Dolor en el río
En agosto del 2017 ocurrió el crimen de Isamar Villalta Solano, de 26 años y quien formó parte del programa Combate.
A ella la mataron a balazos junto con su hermano Kendall, de 17 años, y el novio de Isamar, Andrés Martín Pérez Vega, de 35 años. El crimen se habría ejecutado el 11 de agosto, sin embargo, los encontraron varios días después.
Un aparente tumbonazo y el robo de un dinero que habría hecho Pérez fue lo que provocó que una banda de la ciudadela León XIII los secuestrara cuando viajaban en un BMW por el centro de Alajuela. Los de la banda se hicieron pasar por policías.
El cuerpo de Isamar fue hallado el 14 de agosto en el río Jesús María, en Esparza, a pocos metros de donde un día antes habían encontrado el de su novio. El de su hermano Kendall fue ubicado a tres kilómetros de distancia ese mismo día.
Todo indica que la joven y su hermano no tenían nada que ver con los actos ilícitos de Pérez, pero terminaron pagando con su vida por andar cerca de él.
Las autoridades detuvieron en abril del 2018 a cuatro hombres, entre ellos un policía, como sospechosos de este triple crimen.
Llamada llevó a la fatalidad
La modelo Angie Tenorio Villalta, de 34 años, acabó muerta cuando unos sicarios interceptaron el carro que conducía su pareja sentimental, Joseph Ruiz Jiménez.
A su novio lo citaron la noche del 16 de agosto para que llegara frente a una licorera en Rincón Grande de Pavas, pero se trataba de una trampa y cuando llegaron al sitio los agarraron a balazos.
Ambos fallecieron y dos amigos que iban con ellos en el asiento trasero resultaron heridos. Las autoridades judiciales informaron que Ruiz Jiménez tenía antecedentes por robo agravado, portación ilegal de arma y tráfico de drogas.
Los familiares de Angie aún están a la espera que se haga justicia. Según dijeron a La Teja, la modelo no tenía nada que ver con los negocios oscuros de su novio y los amigos de este.