Alexandra Núñez tiene más de 20 años de trabajar como modelo y aún sigue muy vigente en el medio, a pesar de haberse casado y ser madre de dos hermosos niños.
Hace 10 años ella participó en el famoso concurso Piel Dorada y, aunque no lo ganó, dice jamás olvidar aquel momento, porque significó uno de los mejores en su carrera.
Con mucho cariño guarda aún algunas fotos del aquel concurso, que hicieron en Playa Santa Teresa, y en especial una que, según recordó, le costó mucho que saliera por lo complicado que fue llegar hasta la piedra y posar para el fotógrafo.
“Ese día era un sol increíblemente fuerte y tenía las rodillas todas rotas, literalmente, porque estábamos en una playa donde la arena es de concha molida; entonces, toda la mañana la sesión de fotos había sido a la orilla de la playa hincada y las rodillas estaban hechas un desastre, no se me olvida. Después tomamos la decisión como de ir a caminar un poquito en la playa más adentro y encontramos esa piedra muy linda, muy exótica, y justo en el centro tenía un huequito y quedaba perfecta como ‘spot’ para hacer una sesión de fotos”, contó.
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Ale recordó además que esa foto, en especial, fue utilizada por la producción del concurso para la portada del calendario, porque les gustó mucho como quedó y lo dorada que se veía su piel.
“Fue la foto con la que se dio a conocer el certamen del siguiente año; entonces me hizo muchísima gracia porque amigos que tengo en Honduras, Nicaragua y El Salvador me mandaban la foto y me decían: mirá aquí te estamos viendo, fue una foto que dio vuelta alrededor de Latinoamérica”, mencionó.
Aunque participó en varios concursos más, como el Hawain Tropic, nunca le dio por los certámenes de belleza aunque siempre quiso inscribirse en el Miss Costa Rica.
Desde los 15 años modela
Ale confesó que jamás pensó que terminaría trabajando para siempre como modelo y que sus primeros pasos en esto los dio cuando apenas tenía 15 años.
En ese momento, ella andaba haciendo un mandado en una tienda de San José con su mamá cuando una señora se le acercó y le ofreció entrar a su agencia de modelaje al ver que tenía la belleza y altura necesaria para ser modelo.
“Esta ha sido una gran plataforma para mí para pagarme mis estudios, saqué publicidad y saqué la licenciatura en mercadeo, y aquí sigo aún trabajando en eventos y sacándole el jugo”, agregó.
Lo que más le gusta de su trabajo como modelo es que, por lo general, entre semana tiene tiempo para pasar con su familia y los eventos del fin de semana no son todo el día.
“La gente cree que es un trabajo muy fácil, que es solo tener una cara bonita y sonreír, y no es así, tiene sus sacrificios también. A veces son jornadas de 10 horas en tacones, de pie y es sumamente cansado, pero por otro lado, lo llena muchísimo a uno el poder trabajar con diferentes tipos de personas, conocer mucha gente, y hacer amigos en diferentes partes del país“, dijo.