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"En estos días de pandemia he experimentado como mucha tristeza y ansiedad, no me he sentido del todo cómoda con mi pareja en la cama y creo que él no lo entiende, no sé qué me pasa, pero no tengo ganas y no sé cómo manejarlo”.
1. El hecho de estar todos en casa por la restricción sanitaria nos sujeta a un estado de tensión porque estamos enfrentando un problema que escapa de nuestras manos.
2. La dinámica sexual y afectiva depende de nuestra disposición personal a nivel emocional. Es claro que cuando hay un estado de estrés nuestra dinámica sexual cambia, tiende a ser menos activa o retraída, así que no debe preocuparse pensando que algo raro le pasa. Estamos experimentando una situación que modifica nuestra vida cotidiana, nos pone frente a una carga emocional que no es fácil de digerir.
3. Es aquí donde se hace importante que las parejas tengan la capacidad de hablar de lo que están sintiendo, explicar cómo se están sintiendo, reconocer que no estamos al 100%, por tanto crear un proceso de tensión, porque no hay sexo, sólo contribuye a que haya mayor resistencia a la expresión sexual.
4. Hablar es válido, toda vez que esté orientado a crear comprensión, negociación, no para reactivar la vida sexual, sino para buscar alternativas que nos permitan hacer un mejor manejo emocional y hacer un mejor ambiente personal y familiar que contribuya a tener un mejor estado de ánimo.
5. Hay que crear un ambiente donde el trabajo sea equitativo, procurar que la atención a los hijos tenga una sana distribución de tareas para que ninguno de los dos esté recargado.
Hay que contribuir a que haya una distribución de nuestras cargas emocionales y permitirse ser creativos para que haya actividades que nos permitan una sensación de relajación. Es muy probable que haya una mejoría en la dinámica sexual o en la frecuencia sexual, el foco ahorita no debe ser el sexo como tal, sino el mejor ambiente para que nuestra disposición emocional mejore.
