Farándula

Isamar, la modelo víctima inocente del asesino en serie de Parrita

El papá y la mejor amiga de ‘Chiquis’, como le decían de cariño, hablan por primera vez del asesinato

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Isamar Córdoba era dulce, jovial, tranquila, pero ser demasiado confiada le costó la vida.

La joven tenía 26 años, trabajaba como modelo y en varias ocasiones adornó las páginas de La Teja.

El cuerpo lo hallaron sin vida en una finca de sandías y melones en Barbudal de Parrita, en el Pacífico central, el pasado 12 de mayo.

A Isamar Córdoba la asesinaron el pasado 11 de mayo. Foto Alfredo Corral. (alfredo corral)

Después de casi dos meses de investigaciones, las autoridades detuvieron en La Loma de Parrita, el pasado 18 de julio, al sospechoso de cometer el crimen. Se trata de un agricultor de apellido López, de 27 años, al que calificaron como un asesino en serie.

Al hombre también lo acusan por el asesinato de Ana Salazar Carrillo, de 35 años.

(El 26 de octubre del 2018 el hombre fue condenado a 90 años de cárcel).

El OIJ indicó que López, quien trabajaba en una arrocera, contactó a sus víctimas por redes sociales.

Desde el momento de la noticia de la muerte de Isamar, quien era conocida como "Chiquis" por ser bajita, sus amigos más cercanos y su familia han guardado silencio.

Sin embargo, Javier Córdoba, papá de la víctima, y la modelo Stephanie Poveda, la mejor amiga de "Chiquis", conversaron con La Teja acerca de cómo han enfrentado esta pérdida tan dolorosa y la detención del presunto criminal.

Esta fue la última publicación que hizo la modelo en Facebook. La hizo cinco horas antes de ser asesinada. (Tomada del facebook de Isamar Córdoba)

Córdoba se gana la vida como albañil en Granada, Nicaragua, tiene 54 años y aún habla de Isamar como si fuera una niña, la misma que vio jugar con muñecas.

"Era muy tierna, muy dulce, tranquila, jovial. Ella había tenido un marido y no le había ido muy bien con él", dijo.

A don Javier se le quiebra la voz y hace pausas constantes para tratar de conversar lo más sereno posible acerca de la partida de su hija.

Córdoba contó que él y la mamá de Isamar se separaron hace unos 12 años, así que regresó a su patria, mientras que su exesposa se quedó en Costa Rica para probar suerte con sus dos hijas: Isamar y Fabiola.

Javier cuenta que sus conversaciones no eran tan frecuentes como él habría querido. Además manifestó que la última vez que estuvo con Isamar fue para la Navidad pasada cuando su hija viajó a Nicaragua.

El sentimiento de culpa embarga al albañil cuando piensa que las cosas para su hija pudieron haber sido muy diferentes.

"De jovencita fue muy centrada. El problema es que era muy confiada y eso le costó la vida. A ella le faltó mucho consejo, quizá si la mamá y yo no nos hubiéramos separado habría tenido más apoyo. Siempre le decía mi cachetoncita desde pequeñita", expresó.

Don Javier recibió una llamada de un hermano que vive en Costa Rica para darle la noticia de la muerte de su hija.

"Me solté en llanto, parecía que era mentira. Llamé a mi otra hija y me contestó en un puro llanto, no podía ni hablarme. A como pude fui para la vela y para el funeral, pero yo me preguntaba desde el momento en que me lo dijeron ¿quién y por qué le habría hecho eso a mi princesa?", expresó.

El nicaraguense indicó que conforme los días pasaban y no tenía noticias del responsable de asesinar a su hija iba perdiendo la fe de que lo detuvieran.

Su otra hija lo llamó para informarle de la detención del sospechoso.

"Se me hizo muy lento (la detención del sospechoso), pero cuando vi en las noticias de canales de Costa Rica que era cierto creí que la justicia iba a ser efectiva. Por otra parte confiaba en mi Dios, yo sabía que Él iba a hacer justicia y sé que Él la hará. Yo sabía que ese chacal no se podía escapar de la justicia divina", opinó.

Aunque el sospechoso de arrebatarle la vida a "Chiquis" está en prisión como medida cautelar, Córdoba no puede dormir en paz.

"Me arrancaron un pedazo de mi corazón. Todas las noches me acuesto pensando en Isamar y todavía lloro. Me acuesto pensando en la forma en la que murió, sin que nadie la pudiera ayudar", expresó entre sollozos.

Córdoba contó que lo único que desea es visitar algún día a su hija al cementerio. Ahora no puede ya que el costo del viaje de Nicaragua a Costa Rica le sale caro.

Stephanie Poveda era la mejor amiga de Isamar Córdoba. Cortesía: Stephanie P.

Stephanie Póveda es modelo y era la mejor amiga de Isamar. Se conocieron hace unos años cuando asistieron a un casting para un trabajo y desde entonces se hicieron yunta.

Se coordinaban para trabajar en los mismos eventos y se veían casi a diario para hacer ejercicio.

Poveda comentó que fue un golpe muy duro enterarse de la muerte de su amiga, pero aseguró que en el fondo no le extrañó como pasaron las cosas.

"No era de extrañar que ella conociera gente así por las redes. Yo la regañaba y le decía que si no le daba miedo tener contacto con gente que ni conocía. Siempre andaba con el celular en eso y yo le decía que dejara el celular, que me pusiera atención", contó Poveda.

La morena detalló que la última vez que vio a su amiga fue dos días antes de que la encontraran sin vida.

"Ese fin de semana que a ella la mataron íbamos a ir a Nicaragua a trabajar, pero nos cancelaron. Ella me llamó muy brava porque dijo que había sido culpa mía que nos cancelaran el trabajo y que iban a pagarnos bien. Yo le dije: '¡Relajate, tomate un café, calmate, seguro era que nos iban a matar a allá y aquí vamos a estar bien!'. Y vea lo que pasó", expresó.

La modelo reveló que antes de que atraparan al sospechoso se soñaba mucho con su amiga.

"El sueño era como si hubiera estado ahí, en el momento en que le hicieron daño, y siempre veía en el sueño a un hombre moreno grande", contó.

Poveda comentó que la "Chiquis" era muy confiada y que no le contó que se iba a ver con nadie, ni que iba para Quepos.

Como si la noticia de la muerte de su amiga no fuera impactante, Stephanie colaboró para reconocer el cuerpo de su amiga por medio de fotografías.

"Yo la vestí y la maquillé en la morgue junto con la hermana y otro familiar. Fue muy feo, uno no puede hacer nada al verla ahí fría", manifestó.

Poveda contó que en esas largas conversaciones que tenían en varias ocasiones hablaron de la muerte.

"Siempre me decía que cuando ella muriera quería que yo la maquillara y que no la dejara irse sin ponerle pestañas postizas y sin pintarle las uñas. Y así lo hicimos ese día que la alistamos", reveló.

Por ahora, don Javier y Stephanie recuerdan a diario con mucho amor a la “Chiquis” y esperan que se haga justicia.

Ileana Vargas

Periodista de espectáculos con 10 años de laborar en Grupo Nación.

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