Kattya Granados, mamá de Keyla Sánchez, contó a La Teja que está atravesando otra dura prueba de salud, pero que sin embargo, no deja de sonreírle a la vida.
La ramonense fue diagnosticada hace casi dos años con cáncer de mama y debió someterse a una mastectomía radical en ambos senos en mayo de 2023.
Desde entonces, ha pasado en constantes exámenes médicos y, según nos explicó, debe de seguir con un tratamiento por 10 años que implica tomarse una pastilla por día.
Ella está tomando tamoxifeno, que es un antiestrógenos, que bloquea la actividad del estrógeno (hormona femenina) en la mama, para evitar la aparición de un nuevo tumor en esa zona de su cuerpo.
“El tamoxifeno, tiene efectos secundarios. Del montón de efectos secundarios que tiene, a mí me han dado los mínimos. Yo estoy muy feliz por eso, y sigo en controles cada seis meses”, dijo.
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Según explicó, lo único malo es que el medicamento la hace sentirse muy cansada por las tardes, que es cuando se lo tiene que tomar.
“Me lo tengo que tomar siempre a la misma hora. De los efectos secundarios es el cansancio extremo. Entonces, paso como muy agotada. Yo salgo del hospital (donde trabaja), me voy para mi casa, me tomo mi cafecito, mi tratamiento y me duermo”, contó.
Exámenes alterados
Sin embargo, no todo han sido noticias positivas, pues el año pasado le encontraron otro problema detrás del estómago que preocupa a sus médicos, más no la tiene angustiada, pues asegura que más fuerte su fe y la buena actitud.
“El año pasado me salió una pequeña lesión en el páncreas, que ahí está. Entonces, el oncólogo me la está vigilando durante todo este año. Algunos exámenes de sangre salieron un poquito alterados, pero mi actitud es tan positiva y yo me siento tan requete bien, que no me siento enferma”, mencionó.
Doña Kattya agregó que de momento no quiere volverse a operar, más que esa zona es muy delicada, y que confía en que los próximos exámenes todo saldrá mejor.
“Yo me siento demasiado bien. Entonces, también sí creo que la actitud influye muchísimo en cualquier proceso de la vida, sea de enfermedad, sea personal, académico, de todo, porque si uno es muy dramático, muy chineado, eso más bien le juega una mala pasada”, agregó.
A pesar de este nuevo diagnóstico, la semana pasada tuvo la valentía y el coraje para correr una nueva carrera de 13 kilómetros, esta vez en Las Vegas, Nevada, en Estados Unidos, la cual concluyó, agotada, pero sin mayor problema.
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Su secreto para seguir así de positiva dice estar en su fe en Dios, en su amor propio y el de su familia, así como las ganas de vivir cada día.