La actriz y maquillista Karina Conejo dejó atrás los prejuicios y dejó de preocuparse por el qué dirán desde que conoció a su nuevo amor.

La expareja del también actor Eloy Mora dice estar disfrutando mucho su relación con el joven músico Steve Romero, a quien le lleva 15 años.

El cantante de la banda de rock y heavy metal Lilith Dolls tiene 23 años y, aunque al principio pensó que esa gran diferencia de edades se convertiría en un pero, con el tiempo descubrió que es más maduro que muchos más hombres de su edad (38).

Kary ya tiene ocho meses de relación y la cosa va tan en serio que, según contó entre risas, ya hasta se lo presentó a su mamá.

“Me ha sorprendido que la relación hasta ahora va bastante saludable, me sorprende la madurez emocional que tiene a pesar de ser bastante más joven que yo y la relación va muy bien, se lleva superbién con mi hija y con mi familia”, dijo.

Y hasta con su expareja se lleva puras tejas. De hecho, el pasado 12 de enero la maquillista estuvo de manteles largos y armó una pachanga para celebrarlo y Eloy y su actual pareja, Sara Vega, estuvieron entre los invitados.

“Nos conocimos en una fiesta de unos amigos en común que me invitaron y pues nos caímos bien y empezamos a salir. Para mí siempre ha sido como un temilla lo de la edad, pero él sí ha salido con chicas más grandes, pero lo hemos llevado muy bien, nos comunicamos muy bien y creo que este tema de la edad a uno a veces le preocupa más por el qué dirá la gente, pero al final de cuentas quienes llevan la relación somos nosotros dos y entre nosotros eso no ha sido un problema”, aseguró.

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Nuevo emprendimiento

Otra cosa que le gusta a Karina de su nueva pareja es que la apoya mucho en sus proyectos personales y en su carrera.

Desde octubre pasado ella venía peloteando con su hermano, Héctor Conejo, ponerse un negocito y su novio la motivó mucho para que se echara al agua.

Hace unas semanas pudo hacer realidad ese sueño y abrió su clínica estética Fibonacci, en Curridabat, la cual es más atendida por su hermano, quien es ingeniero químico, pero un as en la parte administrativa.

“Nos pareció bonito que se complementan las habilidades de él con las mías, entonces, hace como cuatro meses dijimos: ‘va porque va’ y en enero lo estrenamos, Fibonacci es el número eterno, tiene que ver con el tema de la perfección y le llaman muchas veces la geometría divina y nos gustó mucho el nombre”, contó.

Kary aclaró que aunque tenga ahora su propio negocio eso no quiere decir que va a dejar de trabajar con Eloy en la empresa de producción audiovisual El Drim Tim, la cual crearon juntos.

Además de estar pendiente de estos dos negocios y sus cursos de maquillaje este año quiere hacer más stand up comedy para seguir haciendo reír a la gente con sus ocurrencias.