La conocida modelo Karen Brenes tiene años de no perderse un Tope Nacional, aunque lo curioso es que le tiene pánico a los caballos y por eso nunca se ha animado a montar.
La bella ojiverde, quien es una de las modelos más consolidadas del país, se convirtió con el paso del tiempo en uno de los rostros más familiares de las fiestas de fin de año.
Su trabajo con diferentes empresas ha hecho que Karen sea una de las guapas que engalanan desde hace años el Tope Nacional, el carnaval y las corridas de toros de fin y principio de año.
La guapa conversó con La Teja acerca del corre corre de su trabajo para fin de año y, además, reveló que desde hace muchos meses está soltera.
–¿Desde hace cuántos años trabaja en el tope?
Generalmente Cacique me contrata para el tope y las corridas de toros desde hace mucho y ya ni me acuerdo (risas), pero creo que son más de diez años.
–En todos estos años nunca la hemos visto montando ¿por qué?
Siempre voy en volanta, grande o pequeña, pero nunca he montado, porque me da miedo. Siempre me han dicho que los caballos sienten el miedo y como a mí me da susto no me animo a hacerlo por eso. Yo prefiero ir en la volanta o caminando para compartir con la gente y darles los regalitos que nos da la empresa para el público. Estos años han sido perfectos porque he ido con volanta pequeña que la jalan unos ponis (risas).
–¿Pero ha intentado montar?
No y me gustaría hacerlo, pero también me da susto (risas).
–¿Con cuánto tiempo de anticipación la busca Cacique?
Como dos meses antes, esta es una fecha buena para mí porque hay buen trabajo y buenas marcas. Este año al igual que el año pasado, como están las corridas de Zapote y Pedregal lo que hacen es que nos turnamos para estar en los dos lados. Por ejemplo, el primer día estuve en Zapote en la noche, llegué a la una de la madrugada y me desperté a las cinco de la mañana porque tenía que estar lista en San José a las nueve y media para asistir al tope y de ahí irme para las corridas de Zapote.
–¿Qué le gusta del tope?
Compartir con la gente, algunas personas me reconocen y me dicen: ‘Otro año más’.
–¿Le ha pasado lo de la canción “Te quedó grande la yegua”?
(Carcajadas) Sí.
–¿A quién se la dedicaría?
- A mi exnovio, no voy a decir nada más (risas). así que mejor dejarlo así. Pero si se la dedicaría a mi último novio.
–¿Le echan mucho el cuento, o como se dice popularmente, el ruco?
Casi no y vieras que es extraño, pero cuando alguno se anima siempre han sido muy respetuoso. Lo que me dicen es que les gustaría invitarme a cenar o a almorzar.
–¿Y porqué cree qué no se animan a decirle que le gusta?
Primero porque siempre he sido de tener relaciones largas, que duran muchos años, no he sido noviera. Mis relaciones han sido como de seis o siete años, así que seguro saben eso y dan por un hecho que tengo novio. Además, a veces pienso que se cohíben, como que se asustan o les da pena, no sé que será (risas).
–¿Qué parte del cuerpo le piropean más?
Creo que la cara, tal vez por mis ojos.
–¿Usted se animaría a echarle el ruco a un hombre?
No para nada, soy demasiado tímida.
–El tope tiene fama de que asisten jinetes muy guapos, ¿ahí se animaría?
No, para nada, porque yo vengo enfocada en trabajar.
–Usted que ya ha tenido la oportunidad de estar en Zapote y Pedregal ¿cuál está más bueno?
Los dos están parejos y ofrecen lo mismo en cuanto a toros y atracciones. Creo que la gente está escogiendo uno y otro más por cercanía y otras facilidades, pero la verdad los he visto parejos.