Janelly Farías, jugadora de Chivas, equipo de la primera división mexicana, contó en una entrevista algunos detalles de su vida íntima y lo mucho que le costó contarles a sus papás que es lesbiana y que le gusta el fútbol.
Ella confesó que tuvo que luchar para que sus padres le permitieran patear la chocobola, pues a los cuatro años, cuando descubrió su amor por ese deporte, no la dejaban practicarlo, argumentando que el fútbol no era para niñas y ellas no deberían usar pantalones cortos.
Cuando llegó a la adolescencia, el talento de Farías se hizo notar y volvió a las canchas para comenzar su formación como profesional, pero entonces tuvo que afrontar otra realidad que la llevó a ser rechazada por sus papás, quienes no podían aceptar que fuera lesbiana, según informó SDP Noticias.
Los juicios que su padre y madre hicieron contra ella por tener una orientación sexual diferente a la heterosexual causaron una huella muy grande en Janelly, quien mejor se alejó del deporte a pesar de que hasta era seleccionada nacional.
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Pero luego la joven defensa encontró la fortaleza para afrontar la situación, habló con ellos y les hizo ver que necesitaba de su amor para continuar con su crecimiento, que su identidad sexual no la hace una persona diferente.
La relación entre Janelly y su madre fue la primera en comenzar a restaurarse, pero con su papá fue distinto, pues él le había dicho cosas que le rompieron el corazón, por lo que durante un tiempo ni siquiera se hablaban.
“Me dijo que no me amaba”, dijo la futbolista.
Al final, la relación con su tata ya está mejorando y eso influye directamente en su rendimiento en la cancha, donde es una de las mejores jugadoras de su equipo.