Una mujer creyó tener una infección urinaria, pero era un objeto atascado en su vejiga tras un osado juego sexual que realizó hace cuatro años
La paciente, de 45 años, había llegado al hospital quejándose de síntomas típicos de una infección del tracto urinario, pero los médicos hallaron un vaso de vidrio que tuvo atorado en la vejiga.
Los doctores quedaron con la boca abierta cuando los escáneres de la ecografía detectaron un vaso dentro de su vejiga. Estaba encerrado por un cálculo vesical de 8 centímetros de ancho, que normalmente son tan pequeños que son difíciles de ver a simple vista.
Ante los inédito del caso, los doctores Ahmed Chaabouni, Ahmed Samet, Mohamed Fourati, Houcem Harbi, Mohamed Amine Mseddi y Mourad Hadjslimene, del Departamento de Urología del Hospital Académico Habib Bourguiba, en Sfax, Túnez, decidieron publicar su experiencia en la prestigiosa revista médica Science Direct.
La mujer, tunecina, reveló que había usado el vaso como juguete sexual en 2018. Evidentemente fue insertado en la uretra, el orificio por el que orinan las mujeres, en lugar de la vagina.
Si bien el informe médico no lo menciona, la mujer pudo haber estado practicando lo que se conoce como “sondeo uretral”, una arriesgada actividad sexual que implica insertar un vaso u objeto en la uretra, el tubo por el que pasa la orina, para “aumentar el placer y la excitación sexual”.
El informe señaló: “Las motivaciones más frecuentemente asociadas con la presencia de cuerpos extraños dentro de la vejiga son de naturaleza sexual o erótica. Se han insertado varios objetos en la vejiga y muchos pacientes no los quitan por sí mismos y tienen mucha vergüenza de buscar atención médica”.
Cuando la paciente llegó al hospital Informó que había sufrido cistitis (inflamación de la vejiga) en varias ocasiones, pero nunca había sido investigada ya que no le molestaba.
La mujer no tenía sangre en la orina ni sufría de incontinencia urinaria, según el informe. Pero tenía un rango de glóbulos rojos más alto de lo normal, lo que indica que el cuerpo estaba luchando contra una infección.
Eso llevó a los médicos a ahondar en la investigación realizándole más estudios por imágenes. Entonces llegó el asombro: los cálculos en la vejiga son muy pequeños, por lo general no tienen más de unos pocos centímetros de ancho: el de la paciente en cuestión tenía 8 centímetros.
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Los cálculos se desarrollan a partir de masas duras de minerales que crecen cuando la orina no se vacía correctamente de la vejiga. Sin embargo, pueden crecer alrededor de objetos extraños alojados en la vejiga, por ejemplo, un vaso de vidrio.
En este caso, los médicos realizaron una cirugía para extraer el cálculo de la vejiga. Luego lo abrieron para exponer el vidrio, aún intacto, que había estado en su cuerpo. Dos días después, la mujer se había recuperado.