El concurso de belleza Reina Costa Rica Intercontinental ya tiene a una ganadora, sin haber puesto la corona.
Hablamos de Shirley Blanco, quien participa en el certamen de belleza en medio tratamiento contra el cáncer de seno.
A esta valiente vecina de Gudalupe, de 32 años, le detectaron la terrible enfermedad hace un año y la operaron hace un mes.
Shirley sintió una bolita en el pecho izquierdo en enero del 2019 y al inicio, como se dice popularmente, no le dio pelota.
“Nunca en la vida me había hecho el autoexamen, entonces como estaba próximo a venir el periodo menstrual pensé que era eso. Imaginé que se iba a quitar en unos días, pero fue todo lo contrario, más bien con los días sentía que iba creciendo y fue en febrero cuando decidí pagar un ultrasonido con un médico privado”, recordó Shirley.
La guadalupana contó que fue muy positiva a hacerse el ultrasonido.
“Recibí mucho apoyo, todo mundo me decía que no iba a ser nada. Me decían que seguro iba a ser una bolita de grasa y nada más”, manifestó.
Sin embargo, el diagnóstico que recibió, la dejó en shock.
“Recuerdo que la primera semana, después de que me dieron el diagnóstico lloré mucho. Iba a trabajar y apenas salía del trabajo y llegaba a la casa me quebraba, pero luego tomé la decisión de que iba a enfrentarlo de la mejor manera y con mucho positivismo”.
Shirley se movió con las vueltas en el hospital para que le dieran rápido las citas en Oncología y luego insistió para que la operaran lo más pronto posible.
Ella recibió 16 sesiones de quimioterapia y una vez finalizado el tratamiento la operaron. Ahora debe de continuar con pastillas y empezar con la radioterapia.
“Tuve mucho apoyo de parte de mi mamá (Estrella Cambronero Cambronero). Ella vivía en Puntarenas y se vino a vivir conmigo para ayudarme a enfrentar todo esto”, contó.
Las primeras sesiones de quimioterapia no fueron nada fáciles: llegaron los vómitos, el cansancio, el sueño, los dolores, pero también experimentó una fortaleza inquebrantable que la asombró.
Cuchara
La joven cuenta que la cuchara de su mamá fue el secreto para soportar las rudas quimioterapias.
“Mi mamá me decía que tenía que comer aunque no quisiera porque de ahí iba a sacar la fuerza para poder seguir adelante. Cuando hubo días que no podía comer sólido, ella me decía: ‘Si no le pasa, por lo menos tome líquidos’ y me hacía batidos”, recuerda.
Además de los malestares físicos, vino la caída de cabello, como consecuencia de las fuertes sustancias que le inyectan al cuerpo con la quimio.
“Desde la primera cita todos los doctores le hablan a uno y uno sabe qué va a pasar y piensa que está preparada, pero es mentira, hasta que le toca a uno verse pelona, es un impacto.
"No deja de doler, uno se siente inseguro y la gente en la calle no sabe disimular ni con la mirada y todo eso para uno es duro. Yo usaba turbante o pañuelo y aun así en la calle la gente es muy irrespetuosa”, aseguró.
Más que una corona
La campeona se metió al concurso por algo más que una corona, ya que el certamen tiene como fin benéfico recolectar trenzas de cabello por medio del Proyecto Vásconez, que confecciona pelucas y las regala a pacientes con cáncer.
De hecho, la tarde de este martes las concursantes y algunas de las pacientes a las que les donarán las pelucas tuvieron un encuentro en el hotel Barceló San José Palacio, lugar donde se llevará a cabo el concurso el próximo domingo.
“Una peluca no es vanidad, para muchas es una herramienta que les da seguridad para enfrentar la enfermedad”, detalló Shirley.
La aspirante a reina de belleza explicó que quiso participar para demostrar que ahora los concursos de belleza son más realistas e inclusivos.