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Aunque todavía no puede audicionar para una obra ballet nacional, como ella misma dice, poco a poco, la chef Jill Paer vuelve a la normalidad tras sufrir un accidente que le provocó una fractura en el hueso calcáneo (ubicado en el talón) de su pie derecho.
El golpazo fue en marzo de este año y hoy, la extrovertida presentadora de “¡Qué Rico!” está cada vez mejor físicamente y de ánimo tras soportar varios meses de dolor, frustración y tristeza. Ella se cayó de una tapia de tres metros de altura mientras trataba de arrancar una flor de itabo.
Jill, quien se nota volvió a ser la persona simpática y alegre que siempre hemos conocido, contó que a ella le dijeron en algún momento que no podría volver a utilizar su pie, pero las ganas de salir adelante y hasta su terquedad, la han ayudado a recuperarse de la lesión.
–¿Cómo se siente ahorita?
Yo siento que voy muy bien, todavía no voy a poder audicionar para el ballet nacional (bromea), pero por lo menos con la salsa sí me la juego. Todavía hay unos problemas en el pie, pronto voy a ir a una cita a la Caja y les voy a preguntar algunas cosas porque no entiendo por qué me siguen diciendo que voy a durar un año o dos para sanarme completamente si yo voy bien.
–¿Qué puede hacer ahora que hace unos meses era imposible?
De movilidad estoy bien, aunque no es la misma que tenía antes del accidente. Sé que hay unos médicos supernegativos, que me han hecho salir de su consulta muy deprimida porque me dicen un montón de cosas negativas.
–¿Cómo qué cosas negativas le dijeron?
Al principio me dijeron que no iba a volver a caminar, me dicen que voy a quedar así o con muchas secuelas. Y la verdad es que ya camino, corro y bailo, no grandes distancias porque ahorita el problema que tengo es el aguante. Me toca descansar porque empieza a doler, aunque hay días en que no me duele nada. Sé que es un proceso y sé que si usted me llama en un mes le voy a decir que tengo mejor capacidad que hoy.
Hubo un doctor que me dijo que mi cuerpo necesita tiempo para adaptarse a la presencia de los tornillos que tengo dentro y tal vez sea eso lo que atrasa la recuperación total, mi papá que es quien me observa a diario, dice que me ve muy bien, intuitivamente pronostica que voy a quedar mejor que antes.
– ¿Para usted que significa tener a alguien tan positivo a su lado?
Él es mi apoyo y mi aliento y la fisioterapista que tengo es igual, ella nunca me dice que no, siempre me reta a que sigamos adelante y que hagamos otra cosa para avanzar.
–¿Qué ha sido más complicado de recuperar, la parte emocional o la física?
Las dos, no hay una más que la otra porque todo está conectado, no puedo separar lo emocional de lo físico, por más que me duela una uña, siempre pienso en eso. Yo trato de caminar bien porque todavía renqueo y la fisio me dice que camine más despacio y que me concentre, a diferencia de antes que no pensaba en nada.
– ¿Qué pasa por su mente cuando va al patio y ve el lugar del accidente?
A mí nada, a mi papá es al que le da como cosa cuando va por ahí. Yo ahora tengo más cuidado para hacer todo, en ese momento fue un atrevimiento debido a que no me encontraba bien mentalmente, estaba muy angustiada porque todo mi mundo se estaba derrumbando, ya que tuve que cerrar mi programa de televisión, después de 33 años, debido a la pandemia. También tuve que despedir a una persona que llevaba 22 años de estar conmigo, todo eso me dolió en el alma. Además se habían metido a robar a mi casa, todo se juntó.
–¿Está deseando que termine el 2020?
No, yo digo que de todo he aprendido, porque han salido cosas positivas de esta experiencia, así que el tiempo transcurra como debe de hacerlo. Yo me identifico con los animales, que no se fijan en que si es un año u otro, simplemente la vida continúa.
–¿Le dan mucha paz los animales?
Sí, respeto mucho al mundo animal porque son más nobles que nosotros. Creo que los seres humanos estamos fregados y eso lo noto ahora con la pandemia. Yo esperaba que la gente realmente cambiara y valorara lo que importa, pero no es así y hay una histeria colectiva. La gente sigue igual de acelerada y hasta egoísta y esa no es la idea, por eso sigo enfocada en mi familia, que somos mi papá, yo y mis animales.
Lo que rescato es que cuando mi papá y yo salimos y andamos con mascarilla, la gente nos reconoce y nos hablan del temblor y del famoso ‘jueputa’. Eso es algo que nos hace sentir bonito y que valoramos mucho, eso es algo que me ayudó muchísimo porque recibí mucho apoyo de la gente
