El presentador Ítalo Marenco se llevó tremendo susto la tarde de este miércoles al sufrir un accidente de tránsito cuando iba camino a la transmisión de toros en Palmares.
El animador iba en su carro por la pista Bernardo Soto y casi llegando a la entrada principal de la calle que conduce hacia el campo ferial de Palmares, por poco lo pega un motociclista, por lo que para evitar la colisión, ïtalo tuvo que salirse de la vía y terminó pegando el chuzo contra una palmera.
Según explicó Ítalo, en sus historias de Instagram, el motociclista venía haciendo piruetas en una sola llanta y por suerte él no venía tan rápido por lo que le dio tiempo de reaccionar.
“Viene el mae en una moto de esas bulliciosas, en una rueda, yo veo que él empieza a perder el equilibrio y donde él se desmadra la moto se me viene, pero directamente al carro y para no pegar al muchacho yo me tiro contra una palmera y pegué duro. Gracias a Dios venía ya sin Irene (su hija)”, contó.
Marenco contó, además, que el hombre que provocó el accidente se levantó y le dijo que se iba a hacer cargo de los daños, pero agarró la moto y se dio a la fuga.
“Cuando él se desmadra yo lo que hago es bajarme para ver si no está quebrado, si está vivo, si está bien, si le llamo una ambulancia o qué. El muchacho me dice: ‘¡uy, Ítalo, perdone, vea su carro! Yo eso se lo voy a pagar, déjeme ver si mi moto enciende’. Cuando él encendió la moto yo sabía que se iba a dar a la fuga”, explicó.
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No fue el único afectado
Pero al parecer, el motociclista jaló tan rápido que a los pocos metros volvió a chocar contra otro carro y ahí sí lo agarraron los policías del Tránsito que estaban cerca.
Al hombre se lo terminaron llevando a la Fiscalía y al presentador no le quedó más que tomar evidencias de todo y empezar a buscar un taller dónde arreglar el guamazo que le quedó a su nave.
“Moraleja: siempre ande haciendo el bien, porque todo se paga”, dijo el presentador mientras se le bajaba el colerón.
Por suerte iba con tiempo y a pesar de todo el atraso por semejante susto sí pudo llegar al redondel para la corrida de las tres de la tarde.