Montones de desechos plásticos flotan en el Caribe de Honduras. Son el testimonio de una catástrofe ambiental causada por el montón de cochinadas lanzadas al guatemalteco río Motagua que los arrastra a las playas hondureñas, denuncian autoridades locales y activistas.
Una de estas “islas de basura” ha sido registrada por la fotógrafa estadounidense Caroline Power, que vive en la isla hondureña de Roatán. Esta que ella documentó “es pequeña en comparación con las de los océanos Atlántico y Pacífico”, afirmó recientemente la activista.
El problema es que los desechos “siguen entrando en nuestros océanos y terminan formando estas áreas de basura”, dijo Power en un correo electrónico.
“Es una catástrofe ambiental” causada por la basura lanzada por las poblaciones de unos 30 municipios de Guatemala localizados en las riberas del río, que recorre unos 350 km hasta llegar al mar, donde se convierten en islas flotantes, aseguró Leonardo Serrano, vicealcalde de Omoa, una ciudad costera en el norte de Honduras.
Además, durante la temporada lluviosa, de mayo a diciembre, las olas empujan los desechos a las playas cercanas a Omoa, depositándolos a lo largo de sus 45 km, adurante la temporada lluviosa, de mayo a diciembre, las olas empujan los desechos a las playas cercanas a Omoa, depositándolos a lo largo de sus 45 km,gregó el director de Turismo de la Alcaldía, Amilcar Fajardo.
En las montañas de cochinada hay desde material hospitalario hasta recipientes de plástico de todo tipo.
La bióloga Nancy Cálix explicó además que en la superficie se acumulan los desechos flotantes, pero las bolsas plásticas, por ejemplo, se hunden hasta el fondo del mar dañando el pasto marítimo y matando especies.
“Hemos encontrado peces, incluso tortugas de carey, hasta de un metro de diámetro, muertos por intoxicación, con plásticos en el estómago”, lamentó Amilcar Fajardo.
El funcionario de Turismo indicó que el problema es de larga data pero que se ha ido agravando, al punto de obligar este año a la alcaldía de Omoa a hacer grandes inversiones para limpiar sus playas, sin muchos resultados porque se vuelven a llenar de basura rápidamente.
Para deshacerse de la basura, en algunos casos cavan cráteres en la propia playa y la entierran y en otros, la llevan a un botadero municipal, con un alto costo para la alcaldía.
El 23 de octubre la cancillería de Honduras envió una nota a Guatemala lamentando que, a pesar de los distintos acercamientos ante el gobierno de ese país, los esfuerzos “no han sido suficientes”.
“Aún no se ven resultados concretos”, reclamó la nota. La basura sigue llegando al río y éste la lleva al Caribe.