Un “humorista” español está cerca de ser sentenciado a un año y diez meses de cárcel por haber soltado, en el 2019, un chiste grosero y sin ninguna gracia sobre las personas con síndrome de Down.
Se trata del “cómico” David Suárez, contra quien este lunes inició un juicio por un desagradable tuit que escribió (según él era un chiste) y que generó muchas reacciones negativas en España y en muchos otros países, como era de esperar.
En su cuenta de Twitter tenía alrededor de 70.000 seguidores.
La animalada le costó el despido del programa de radio en el que trabajaba y la anulación de diversos contratos para shows.
Suárez negó durante el juicio que su intención fuera generar daño a las personas que tienen tal condición o a sus familiares y defendió el humor negro como vía para hacer reír con temas considerados socialmente como tabú, según el diario español ABC.
Agregó que el perfil de Twitter lo utiliza como un personaje distinto a él.
Viene multa. La Fiscalía de Madrid solicitó la apertura de juicio oral y una pena de prisión de un año y diez meses de cárcel para el “cómico”, así como una multa de 3.000 euros (poco más de 2,1 millones de colones) por su mensaje tan fuera de lugar.
A Suárez se le acusa del delito contra el ejercicio de los derechos fundamentales del artículo 510, del 2 al 5 del Código Penal.
Dicho artículo castiga a “quienes lesionen la dignidad de un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquel, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad”.
Sin trabajo. También reclaman para el nada gracioso humorista cinco años de inhabilitación para el ejercicio de su profesión u oficio educativo en el ámbito docente, deportivo o de tiempo libre y la inhabilitación para el ejercicio de su “profesión” en las redes sociales durante el tiempo de la condena.
En principio la acusación se había archivado debido a que un juez la desestimó al considerar que el investigado pretendió hacer humor, sin sopesar las consecuencias que tan desafortunada frase podría acarrearle, sin embargo, esa decisión fue apelada, luego de que la Audiencia Provincial de Madrid, viera el chiste como “un atentado contra la dignidad de todo un grupo, mediante un acto de humillación y desprecio directo”.
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