La palabra “alonsarse” no existe. Perdón, no existía porque ya la inventó Hernán Medford.
¿Qué significa? Más o menos esto: “Acción que lleva a cabo una persona distraída, que siempre anda en otro mundo, relajada y que, siendo inteligente, se le va la pajarita por lo menos diez veces al día. Los alonsados son personas con quienes cuesta enojarse a pesar de las tortas que se jalen”.
Para darle forma a ese término, el entrenador del Cartaginés se inspiró, en buen plan, en el exfutbolista Alonso Solís, a quien conoce muy bien.
El Mariachi es famoso por sus anécdotas y por las que pueden contar quienes están cerca de él. La lista incluye metidas de patas, pachos y situaciones incómodas que le ocurren prácticamente a diario. Es dulce para ese tipo de cosas.
Por ejemplo, olvida dónde dejó su carro en un estacionamiento y debe buscarlo horas, le echa el cuento a la mamá de un amigo, hace que un compa llegue tarde a su boda...
Alonso lo reconoce: “Yo soy el tipo más distraído de este planeta y Hernán siempre me lo ha dicho, solo que hasta ahora lo hizo famoso ese término. Yo paso en otro mundo”, dijo.
Las varas como son.
A la mamá
Para que a todos nos quede bien claro qué es eso de “alonsarse” diremos que el exjugador es capaz de enamorarse --en un dos por tres-- de la mamá de uno de sus amigos.
Eso le paso con el músico Alejandro Castro, quien conoce al Mariachi desde hace unos quince años.
“Definitivamente alonsarse debería ser un término aceptado por la RAE (Real Academia Española). Alonso es un mae noble, no es malintencionado, entonces muchas veces comete chambonadas por sorompo, por noble y se la pela terrible por lo mismo. Tiene más malicia un gato de porcelana que ese carajo”, contó Alejandro.
Por suerte el músico lo tiene claro porque eso sirvió para que no se molestara cuando lo vio ligándose a la mamá.
El pacho fue así: “Yo estaba organizando una actividad benéfica en la que invité a varios artistas nacionales, entonces llegamos a la fundación de mis tatas. Mi mamá estaba en el parqueo y Alonso vio a una señora muy elegante y guapa y no dudó en jugar de simpático y después de jugar de Madre Teresa la invitó a cenar y todo”, contó Ale.
Cuando el músico vio que había algo raro se acercó y escuchó a su mamá diciéndole quién era.
“Alonso no sabía ni dónde meterse”, cuenta.
A veces aún vacilan con aquel incómodo momento.
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Llegaron tarde
Otra muestra de alonsamiento se dio con uno de los mejores amigos de Solís: el cantante Eduardo Aguirre.
El artista recordó un capítulo que lo hizo empezar con el pie izquierdo su primer matrimonio.
“El hombre (o sea, Alonso) me hizo llegar tarde a la iglesia. La novia ya había llegado y nosotros apenas íbamos de camino porque él necesitaba pasar a la casa de los tatas por una botella de vino”.
Ah, y ahí no acabó la cosa...
“Y se me durmió en plena ceremonia religiosa. Amalia le metió un codazo porque el sacerdote les preguntó algo y el hombre estaba dormido”, recordó muerto de risa.
Embarcada
Gabriela Jiménez también puede definir muy bien qué es “alonsarse” porque fue compañera de trabajo de Solís durante su paso por Conexión fútbol.
“Una vez que se alonsó fue un día que nos hizo una invitación a mí y a mis hermanos para ir a Jacó, donde tenía un lugar para quedarse y había piscina y comida... Y cuando llegué me dijeron que no se podía simplemente porque él organizó todo mal, una típica alonsada”, dijo Gaby.
Y también Maynor Solano, que vivió momentos muy vacilones con el Mariachi.
“Tengo demasiadas (anécdotas)... Una vez que había que grabar antes en Conexión lo llamé para decirle y me dijo que estaba bien y luego nada más no fue al programa, así le pasó como en otras cuatro veces, se le olvidó que había programa y no llegaba”, agregó Nitor.
Quienes conocen bien al Mariachi coinciden en que --a pesar de todo-- es imposible enojarse con él; su forma de ser lleva a las amistades a perdonarle las tortas.
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Todos los días
Atim Rooper vive las alonsadas de cerca todos los días y no deja de sorprenderse.
“Una vez, después de terminar el programa, nos dijo que se tenía que ir porque lo esperaban en otro lado. Nosotros nos quedamos como una hora y media más y cuando llegamos al parqueo lo vimos y le preguntamos qué le pasó y dijo que no encontraba dónde dejó el carro”, comentó Atim.
Otra es esta: una vez, en lugar de ir al restaurante PF Chang’s de Heredia, donde se hace VIS10N, Solís agarró de lo más tranquilo para el de Escazú sin razón alguna y a Atim, que es su compa. se le olvidó incluirlo en la lista de invitados de su segunda boda...
Bueno “alonsarse” no está aún el diccionario de la Real Academia, pero vemos que tiene todo para hacerle un campito.