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La exmodelo Glenda Peraza está más que enamorada de su hija Kianny y es que, ¿cómo no? Si es una buena muchacha, además de muy bella y talentosa.
En sus redes sociales, la macha compartió algunos detalles de su pequeña, acompañados de unas imágenes de Kiki muy lindas, en donde muestra que le no le perdió rastro a la hora de modelar.
Glenda contó desde el origen del nombre, hasta que estuvo a punto de morir cuando tuvo a su única hija.
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“Cuando aún ni pensaba en casarme ya soñaba con ella, le escogí el nombre como en 1997, amé ese nombre y su significado y manifesté: ‘Así se llamará mi hija’.
“La anécdota es muy bonita porque jamás lo había escuchado, y mi amiga @mariposaazulvioleta, dueña del salón al que iba, su hija se llama así, de hecho es la única Kianny que conozco mayor que la Kiki, y le pedí permiso. Recuerdo que lo hice desde el amor y ella me dijo que ¡claro que sí! Con esa nobleza del corazón, la cual tiene”, dijo sobre el origen del nombre, que en aquel momento era peculiar y poco usado.
Glenda también señaló que quería dejársela en la pancita mucho tiempo porque se sentía muy unida a ella. Era como un presagio de la relación tan bonita que a la fecha tienen.
“Pues así nació mi hija en mi corazón desde años atrás, recuerdo cuánto oré por ella y cuánto amé mi embarazo, no quería sacarla de mi pancita porque pensaba que tal vez ya no estaríamos tan unidas, y desde ahí, cuando vi sus ojitos, después de un muy doloso parto donde de hecho casi muero, nos convertimos en una sola más que en el mismo vientre.
“Kianny es el brillo de mis ojos, mi oración contestada, mi mejor todo, tiene a su abuela en su ADN, más que yo, mi madre era así como ella, bella, única, hermosa, original y muy seguras de sí mismas, herencias que yo poco a poco voy haciéndolas mías también. Ella me abraza todos los días y me dice: ‘Ma, eres lo que más amo en el mundo’”, dijo.
Sin duda que es una relación ejemplar, pues así como ella se expresa de su hija de esa manera, Kiki también siempre que puede se deshace en elogios hacia su mamita.
