Glenda Peraza recordó lo “fuerte” que fue enfrentar su divorcio con el exjugador Austin Berry de manera pública, luego de 16 años de casados.
El repaso de este duro capítulo de su vida lo hizo en el podcast de Johanna Villalobos, en el que estuvo de invitada esta semana junto con su hija Kianny Berry.
La expresentadora de televisión mencionó que ese episodio fue “horrible”, y que en una ocasión hasta le tocó esconderse en la cajuela de un carro para evitar hablar del tema con la prensa.
Su separación con el exjugador de Liga Deportiva Alajuelense se hizo pública a inicios de 2014, luego que este rompiera el “pacto de amor” que ambos tenían cuando se casaron.
“Estaba todo perfectamente bien, de la noche a la mañana, o sea. Esto fue muy fuerte, pero lo logramos superar con la ayuda de Dios, con la fortaleza que también yo, como mujer, ya tenía y a parte del amor de mi hija, quien es la que me hace crecer y levantarme todos los días de mi vida hasta el día de hoy”.
“Fue horrible porque hubo muchas críticas, muchísimas; ay no, vieras que cosa más terrible, o sea, en ese momento yo trabajaba en Su Mañana (programa de canal 9) y estaba Intrusos de la farándula en esa época. Salí una vez en la cajuela de un carro para no hacer polémica, para no hablar, porque yo no quería hablar de ese tema, terrible. Y ya lo había hablado en mi propio canal, en mi propio programa entonces yo decía: ‘¿Para qué voy a seguir hablando de algo que a parte me generaba dolor?”, contó.
Glenda también explicó que en el mismo canal le pidieron que hablara, públicamente, de su separación y que fue su mamá, la encargada de contarle que le estaban siendo infiel.
“Me acuerdo que el mismo día que me enteré, llamé a mi mejor amigo y cuando él llegó yo me tiré a la alfombra y ahí me derrumbé, y lloré y lloré todo lo que tenía que llorar y solo eso lloré”, dijo.
La exmodelo agregó que fue Dios quien la ayudó a sanar esa herida y que, a pesar de que la relación terminó muy mal entre ellos nunca hablará mal del padre de su hija, quien en ese entonces tenía apenas 11 años.
Peraza también recordó que después de su sonado divorcio le llegó el amor sin buscarlo y que fue en una clase de pilates donde conoció a Byron Garita, su actual esposo, al que le lleva 15 años de diferencia.