El periodista Gerardo Zamora recibió a principios de mes la gran noticia que sus últimos exámenes médicos de rutina salieron limpios, lo que significa que ha logrado vencer el cáncer que le detectaron hace tres años.
En el 2019, al expresentador de Telenoticias le dieron la noticia que tenía un tumor benigno cerca de su ojo derecho y a pesar de los muchos tratamientos, seis cirugías y la extracción del ojo, nunca perdió la fe que saldría victorioso.
“Los resultados me los dieron a principios de agosto y fue como la noticia de que le doblamos el brazo al tumor, costó, pero se lo doblamos”, dijo el comunicador en una entrevista que nos dio el martes anterior.
Gerardo además nos confesó que hay un Salmo de la Biblia que muy especial para él y en el que se refugió desde la primera cirugía que tuvo y asegura que todo fue gracias a una cocinera del hospital México que se lo dio y que él sintió que ese fue un mensaje como enviado del cielo.
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“La noche anterior a mi primera cirugía yo estaba con una angustia... y, normalmente en el hospital a las 8:00 o 9:00 p.m. apagan luces y cada uno para su cama, y yo eran las 11:00 p.m. y andaba caminando para arriba y para abajo, en el cuarto piso del México... Y eso me apareció doña Celia, que yo digo que se le salió la parte maternal, y cuando veo es que llega a mi camilla y me dice: ‘tome Gerardo’ y me dio un té de manzanilla, me lo tomé y fue milagroso porque me tranquilicé”.
“Y me dio un papelito y me dijo: ‘esto es para usted’. Ella, de su puño y letra, escribió la cita bíblica que es el Salmo 23: ‘Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno porque Tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me fundirán aliento’. Yo de viaje sentí que ella fue como un ángel, que fue una señal de arriba, de Dios diciéndome: ‘tranquilo, yo estoy con usted aunque pase por el más oscuro valle, yo voy a estar con usted’”, dijo conmovido.
Zamora aseguró que tiene ese papelito pegado en el escritorio de su lugar de trabajo en la Universidad Nacional, porque eso le recuerda que en algún momento iba a salir de ese “oscuro valle”, el cual por fin se llenó de luz con la gran noticia que ya no hay más tumores en su cabeza.
Además, doña Celia terminó siendo una de sus grandes amigas a lo largo y después de todo este proceso médico.
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