Gerardo Zamora tiene muy claro cuáles son sus propósitos de año nuevo, pero lo que más quiere este 2022 es disfrutar cada instante de su vida.
En setiembre del año anterior el periodista fue operado por quinta ocasión de la cabeza, por un tumor benigno que le detectaron en el 2019, y esto provocó que le quitaran el ojo derecho.
A pesar de las adversidades nunca se ha rendido y más bien se ha mantenido muy positivo, por eso lo buscamos para ver cómo sigue y para que nos aconseje sobre cómo iniciar este nuevo año con la mejor actitud.
- ¿Cómo sigue con el proceso de recuperación después de la última cirugía?
¡Muy bien, muy bien! Ahorita estoy terminando un tratamiento que se llama radioterapia, que son como irradiaciones que le hacen a uno en la zona donde me operaron, como para quemar o esterilizar la zona donde estaba el tumor. Ellos (los médicos) lo hacen más que todo de manera preventiva.
Es una técnica que no es invasiva, que no causa dolor ni nada, sí se me cae un poquito el cabello en la zona donde están irradiando, que en mi caso es cerca de la oreja derecha, y sí me genera un poquito de fatiga, que es uno de los efectos indirectos, pero nada más descanso un par de horas y ya se recupera uno.
- ¿Cada cuánto tiene que ir al hospital?
Las sesiones son diarias durante casi un mes. Son 25 sesiones y apenas voy por la número 15, o sea, a me da todavía como el 10 de enero terminando el tratamiento.
- ¿Cuándo regresa a trabajar?
Luego de terminar el tratamiento debo guardar un mes más de reposo, porque ya con las últimas sesiones uno termina más maltratadillo y mi esperanza es que me den luz verde para reintegrarme a la Universidad Nacional (UNA) a mediados o finales de febrero.
- ¿Todavía no le dan el alta médica?
Con este tratamiento ya cerramos esta etapa y básicamente me mantendría como en control o monitoreo. Han sido cinco operaciones en dos años y sí ha sido duro, pero aquí vamos positivos.
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- El 2021 fue un año difícil para usted porque pasó por varias pruebas de salud y aún así se le escucha muy optimista, ¿cómo hace?
Uno de los secretos, aparte del ya sabido de agarrarse de Dios y la familia, es una cosa que a mí me ha dado mucho resultado y es una frase trillada y todo, pero para mí tiene mucho valor y razón, que es la filosofía de ver el vaso siempre medio lleno.
Yo siempre he tratado en medio de las dificultades de enumerar todas aquellas cosas que tengo a mi favor y no estancarme en aquellas que no tengo, porque a veces somos buenísimos para levantar lista de las cosas que yo no tengo y nos victimizamos, y de estarse uno lamentando se pierde del montón de regalos que tiene la vida para uno.
Puedo caminar, comerme un gallito, tener un trabajito, una esposa e hijos, entonces la lista se vuelve tan grande que al final las cosas que no tengo se hacen pequeñitas. Ver el vaso medio lleno para mí es eso, es percatarnos del montón de regalos y bendiciones que nos rodean a diario. Para uno ser millonario no hay que pegarse el gordo navideño.
- ¿Esta filosofía de vida desde cuándo la empezó a implementar?
Vieras que yo desde chiquillo he sido así. No sé si con eso se nace o viene en el ADN, pero siempre he tenido la capacidad de automotivarme muy fácilmente. Creo que esa actitud tomó fuerza o la pulí ahora con esta situación de salud, como que ha sido un instrumento del cual he echado mano más frecuentemente en los dos últimos años.
- ¿Cuáles son sus principales propósitos o motivaciones para este 2022?
Yo soy de metas cortas, porque a veces los peldaños chiquiticos son los que forman una gran meta.
Uno de los propósitos de nosotros como familia para este 2022 es levantar nuestra casita (ahorita alquilan), con la pandemia nos hemos atrasado y ha sido dificilísimo, pero creo que por fin ya podremos empezar este año. Eso en la parte material y que nos motiva a todos.
Otra meta que tengo más personal, aparte de volver a trabajar porque me pican las manos, es aprender a manejar un dron. Puede sonar un poco risible para mucha gente, pero para mí no, es algo que me propuse aprender este año.
Y en la parte emocional o más íntima, por supuesto que está consolidar el proyecto familia, que eso significa ver crecer a mis hijos felices, Marcelo va para primero y Luciana para tercer año de la escuela, entonces, va a ser esa emoción de tenerlos por primera vez en una misma etapa. Y ser siempre ese apoyo para Ginnés (Rodríguez, su esposa), que ella vea en mí un socio para cumplir todos estos proyectos.
“Uno de los secretos es no ver esa montaña insuperable sino proponerse subirla un día a la vez”,
— Gerarado Zamora, periodista
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- ¿Qué enseñanza le dejó el 2021?
Uno, el ser paciente que eso a mí me cuesta mucho, porque soy muy acelerado y a veces quiero las cosas para ya, y mi situación de salud me ha enseñado a eso, a ser paciente y entender que las cosas a veces son un proceso.
Y lo otro que me ha enseñado es a disfrutar el instante presente, a valorar más las cosas sencillas de la vida, desde un gallito, un café o una conversación.
- ¿Qué consejo le daría a los lectores para que inicien este nuevo año con buena actitud y así de positivos?
Que descubran y disfruten el secreto de vivir el presente, que no esperen a que les venga una enfermedad, una calamidad laboral, un difícil momento familiar para descubrir el valor de vivir el instante presente.